MADRID, 26 (EUROPA PRESS)
Alrededor de 10,7 millones de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares por la sucesión de conflictos en Sudán, el más grave de ellos el que enfrenta desde abril de 2023 a las Fuerzas Armadas con los paramilitares de la Fuerza de Apoyo Rápido (RSF) en el marco de una lucha por el poder, pero para la ONU la respuesta internacional está siendo “insuficiente”.
La de Sudán está considerada la mayor crisis de desplazamiento del mundo. Ya antes del último conflicto, en el país había unos tres millones de desplazados internos, a los que se han sumado en los últimos nueve meses unos seis millones, según los cálculos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Además, 1,7 millones de personas han cruzado hacia países vecinos, de las cuales un 62 por ciento han sido identificadas como sudaneses. Chad alberga al 37 por ciento de estos refugiados, por delante de Sudán del Sur y Egipto, que acogen al 30 y al 24 por ciento, y la OIM ha advertido de que estos movimientos implican necesidades tanto para quienes han salido de Sudán como para las comunidades a las que llegan.
“Sus necesidades son abrumadoras”, ha enfatizado la directora general de la OIM, Amy Pope, al hablar de “graves faltas de comida, refugio, atención sanitaria y saneamiento”. “Todo ello combinado les pone en grave riesgo de sufrir enfermedades, desnutrición y violencia”, ha añadido.
Sin embargo, “la respuesta humanitaria es insuficiente”, por lo que Pope ha llamado a “no dar la espalda” a estas personas. La OIM ha lanzado un nuevo llamamiento con el que pide 168 millones de dólares (unos 154 millones de euros) para llevar a cabo sus programas humanitarios –hasta ahora, ha brindado ayuda a casi 1,2 millones de personas–.
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