MADRID, 16 (EUROPA PRESS)
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda seguir considerando el mpox, antes llamada viruela del mono, como “emergencia de salud pública de importancia internacional”, tal y como ha anunciado su director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en el marco de la cuarta reunión del Comité de Emergencias del Reglamento Sanitario Internacional.
En concreto, el Comité ha observado que unos pocos países seguían registrando una incidencia sostenida de la enfermedad; por lo que opina que es “probable” que en otras regiones se detecten y no se notifiquen todos los casos confirmados de mpox.
En su discurso de apertura, Tedros ha destacado el “descenso sostenido” de los casos en todo el mundo, con la mayoría de los positivos notificados en las Regiones de las Américas. Asimismo, también ha señalado la necesidad de mantener los esfuerzos de vigilancia, prevención y atención; vacunar a las poblaciones de alto riesgo; mejorar el acceso equitativo al diagnóstico, las vacunas y el tratamiento para todos los que lo necesiten; y seguir luchando contra la estigmatización y la discriminación y garantizar el respeto de los derechos humanos.
Aunque ha señalado que la continua transmisión de persona a persona podría provocar un resurgimiento de casos, ha concluido que, “a largo plazo, los programas y servicios de mpox deberían integrarse en los programas nacionales de vigilancia y control, incluidos los del VIH y otras infecciones de transmisión sexual”.
Así, según se ha puesto de manifuiesto en la reunión, el riesgo mundial actual del brote multinacional de mpox sigue siendo “moderado” en todo el mundo y, además, en cuatro de las regiones de la OMS se ha reducido de moderado a bajo, como en la Región de Asia Sudoriental, y sigue siendo bajo en la Región del Pacífico Occidental.
NO SE HAN DETECTADO NUEVOS CASOS EN LA REGIÓN EUROPEA DE LA OMS
De hecho, la Región Europea de la OMS informó de que, a 3 de febrero, 43 países y territorios no habían detectado nuevos casos en los últimos tres meses. Aunque 18 países y territorios siguen notificando casos recientes de transmisión local de persona a persona, el número de casos ha disminuido considerablemente. Los riesgos futuros de brotes están relacionados con la importación en curso, las próximas concentraciones masivas, la posible reducción de la vacunación y la vigilancia, el acceso limitado a las pruebas y el cambio de comportamiento.
Para hacer frente a esto, la Región está trabajando en un plan quinquenal para lograr y mantener la eliminación del mpox en todos los Estados Miembros mediante el compromiso con las comunidades afectadas y la integración de la intervención en los programas de salud sexual, que se debatirá en el Comité Regional en otoño de 2023.
Asimismo, la Región de las Américas ha notificado un número estable de casos en las últimas seis semanas, con 200-250 casos por semana, y un 4 por ciento de los casos en mujeres. Además, aunque el suministro de vacunas es limitado, siete países han comenzado la vacunación. Las intervenciones de comunicación de riesgos y de compromiso comunitario se están llevando a cabo a través de redes comunitarias de lucha contra el VIH.
Por todo ello, el Comité ha reconocido que se habían realizado nuevos progresos en la reducción del número de casos, así como de la transmisión internacional, pero persisten varias preocupaciones. Entre ellas: la transmisión en curso en algunas regiones, como América Central; las pruebas insuficientes sobre la eficacia de la vacuna a nivel individual y de la población y la duración de la inmunidad, ya sea inducida por la enfermedad o por la vacunación; un posible desplazamiento en algunos países hacia las poblaciones más marginadas, que son las que tienen menos acceso a las medidas de prevención y los tratamientos; la posibilidad de que el cambio de comportamiento no se mantenga a largo plazo; y la reducción de la vigilancia y la falta de notificación de casos a la OMS, sobre todo en los países donde la enfermedad es endémica.
El Comité también ha reconocido la propuesta de una región de la OMS de desarrollar una estrategia quinquenal de eliminación y subrayó la necesidad de que todos los países desarrollen rápidamente y continúen aplicando las respuestas existentes a corto plazo frente al mpox y comiencen a desarrollar planes nacionales y regionales dirigidos a la eliminación a largo plazo de la transmisión de persona a persona o al control, según sea apropiado y factible, con una integración gradual en los programas de VIH y otras enfermedades de transmisión sexual.
Precisamente, los Estados Partes deben reforzar las acciones en algunas áreas clave. Primero, la OMS llama a desarrollar e implementar planes operativos, que incluyan monitoreo y evaluación, para establecer objetivos claros para detener la transmisión del mpox de humano a humano en países actualmente afectados por el brote, o el control del mpox en países con transmisión conocida de animal a humano. En este sentido, los Estados también deben considerar el desarrollo de planes de vigilancia y control que se apliquen a situaciones en las que el contacto sexual íntimo no sea necesariamente el modo de transmisión predominante.
También instan a mantener la vigilancia epidemiológica basada en laboratorios y a integrar la vigilancia, detección, prevención, atención e investigación del mpox en los programas y servicios innovadores de prevención y control del VIH y las ITS.
Otra de las recomendaciones es seguir mejorando el acceso a diagnósticos, vacunas y terapias, incluso a través de mecanismos de asignación y transferencia de tecnología, y subvencionar la fabricación regional para avanzar en la equidad sanitaria mundial en zonas donde las personas pueden experimentar barreras para recibir atención, incluidas las minorías y las del sur global.
Por otro lado, recomiendan reforzar y apoyar la capacidad en entornos con recursos limitados en los que sigue habiendo mpox, incluyendo la perspectiva ‘One Health’ y la sanidad animal, para comprender y caracterizar mejor todos los modos de transmisión y responder a los brotes allá donde se produzcan.
Finalmente, aconsejan a los países poner en marcha una agenda de investigación estratégica y coordinada para garantizar la generación continua de pruebas que incluyan, entre otras cuestiones, una mejor comprensión de la virología clínica del mpox, los modos de transmisión, los determinantes sociales para los grupos afectados y la enfermedad clínica, en particular en individuos inmunodeprimidos, y el desarrollo de contramedidas, incluyendo un cambio de comportamiento eficaz, diagnósticos rápidos y terapias y vacunas de próxima generación.
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