MADRID, 17 (SERVIMEDIA)
La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó este lunes que el 80% de los servicios de salud esenciales que apoya en Afganistán están en riesgo de cierre como consecuencia de la falta de financiación, lo que abocaría a “millones de personas” a quedarse sin acceso a una atención médica.
Lo hizo en un comunicado en el que puso de manifiesto que hasta el pasado 4 de marzo un total de 167 centros sanitarios habían cerrado al quedarse sin fondos, lo que interrumpió la atención médica vital a 1,6 millones de personas en 25 provincias afganas.
En los territorios más afectados (norte, oeste y noreste de Afganistán), más de un tercio de los centros de salud han dejado de prestar servicios, lo que evidencia el peligro de “una inminente crisis humanitaria”.
A su vez, la OMS avisó de que más de 220 de este tipo de instalaciones podrían cerrar sus puertas el próximo mes de junio, dejando a otros 1,8 millones de afganos sin acceso a una atención sanitaria.
Ante esta situación, el jefe de misión de la Organización Mundial de la Salud en Afganistán, Edwin Ceniza Salvador, subrayó que “estos cierres no son sólo cifras en un informe”, sino que “representan a madre que no pueden dar a luz de forma segura, niños que no reciben vacunas vitales y comunidades enteras que se quedan sin protección ante brotes de enfermedades mortales”.
La OMS explicó que Afganistán afronta “múltiples emergencias sanitarias”, entre las que se encuentran brotes de sarampión, malaria, dengue, polio y fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, por lo que “sin centros de salud en funcionamiento, los esfuerzos para controlar estas enfermedades se ven gravemente obstaculizados”.
En ese sentido, puso de manifiesto que en los dos primeros meses de 2025 se han registrado más de 16.000 casos sospechosos de sarampión y 111 muertes derivadas de esta enfermedad. Esta realidad le llevó a avanzar que “con tasas de inmunización en niveles críticamente bajos (sólo el 51% para la primera dosis de la vacuna y el 37% para la segunda), los niños corren un mayor riesgo de enfermedades prevenibles y muerte”.
La OMS también denunció que las interrupciones en los mecanismos de coordinación que lidera “impiden a los socios sanitarios rastrear los brotes de enfermedades, asignar recursos y prestar servicios esenciales, y amenazan con hundir aun más en la crisis el ya frágil sistema de salud” afgano.
A pesar de que algunos donantes mantienen su apoyo al sistema sanitario de Afganistán, la Organización Mundial de la Salud reseñó que “la financiación se ha reducido significativamente debido a la evolución de las prioridades de la ayuda al desarrollo”.
A juicio de Edwin Ceniza Salvador, “no se trata sólo de financiación”, sino que “se trata de una emergencia humanitaria que amenaza con echar por la borda años de progreso en el fortalecimiento del sistema de salud de Afganistán”.
Por ello, concluyó deslizando que “cada día que pasa sin nuestro apoyo colectivo trae consigo más sufrimiento, más muertes evitables y daños duraderos a la infraestructura sanitaria del país”.
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