MADRID, 26 (EUROPA PRESS)
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha alertado de que la reciente oleada de violencia armada y la consiguiente escalada de inseguridad en Haití ha provocado un notable aumento de la desnutrición infantil que pone a los niños de la isla “al bordo del abismo”.
De acuerdo con los últimos resultados del análisis de la Clasificación Integrada de las Fases de Seguridad Alimentaria (CIF), en este 2024 ha aumentado hasta un 19 por ciento el número de niños que sufren desnutrición aguda grave en el país caribeño; mientras que 1,6 millones de personas se encuentran en niveles de emergencia de inseguridad alimentaria aguda.
Según la directora ejecutiva de UNICEF, Catherine Russell, “la violencia y la inestabilidad en Haití tienen consecuencias que van mucho más allá del riesgo de la propia violencia”, pues se está creando una crisis de salud y desnutrición infantil que “podría costar la vida a innumerables niños y niñas”.
“Miles de niños están al borde del abismo, mientras que los suministros que salvan vidas están listos para ser entregados si cesa la violencia y se abren las carreteras y los hospitales”, ha añadido Russell, que destaca que esta crisis es “de origen totalmente humano”, y requiere de condiciones de seguridad básicas tanto para la población como para los servicios vitales y los trabajadores humanitarios en el país”.
En este contexto, desde UNICEF han incidido en la necesidad de intensificar los esfuerzos de la comunidad internacional para proteger a la población civil, restablecer el orden y la ley en las calles haitianas y garantizar la circulación segura de los trabajadores humanitarios y de los suministros básicos, incluidos alimentos terapéuticos.
El organismo de Naciones Unidas ha pedido también un aumento de la financiación para satisfacer las necesidades de la población más vulnerable; y ha exigido la protección de espacios humanitarios, así como de escuelas, hospitales y otras infraestructuras críticas de las que dependen los niños.
La violencia armada desatada en las últimas semanas en Haití, especialmente en el departamento de Artibonite y en el del Oeste –que engloba la capital, Puerto Príncipe– ha provocado la restricción de la entrega de ayuda humanitaria y ha deteriorado un sistema sanitario ya de por sí frágil, amenazando así la vida de más de 125.000 menores en riesgo de desnutrición aguda grave.
Desde el pasado mes de enero, el deterioro de la seguridad en Haití ha empeorado la crisis humanitaria del país, con consecuencias graves para la capacidad de UNICEF de almacenar, distribuir y reabastecer la ayuda que requiere la población local, según destaca el organismo de Naciones Unidas.
De hecho, a comienzos de marzo en Puerto Príncipe se produjo el saqueo de un contenedor de UNICEF que contenía artículos esenciales para la supervivencia materna, neonatal e infantil. La violencia desatada en el país también ha paralizado el 60 por ciento de los hospitales y solo uno de cada cuatro centros sanitarios está operativo en Artibonite.
La situación en la capital ha imposibilitado el reparto de suministros sanitarios y nutricionales a cerca de 58.000 niños que sufren desnutrición aguda grave, en parte debido a que la principal carretera que conecta Puerto Príncipe con las regiones del sur está bloqueada. Esto podría tener graves consecuencias para los niños que sufren desnutrición aguda grave.
Las autoridades de Haití declararon a comienzos de mes el estado de emergencia ante la ola de violencia registrada en el país, especialmente en Puerto Príncipe, que llevó incluso al asalto de prisiones y la fuga de miles de presos. Pocos días antes el principal capo haitiano, Jimmy Chérisier, alias ‘Barbecue’, anunció una “revolución” contra el Gobierno del ya dimitido Ariel Henry, quien entonces se encontraba fuera del país en medio de un viaje oficial.
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