MADRID, 09 (SERVIMEDIA)
La extrema ola de calor de esta semana disparará la plaga de garrapatas, según la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (Anecpla).
Según informó este miércoles Anecpla, las garrapatas se están convirtiendo en una de las plagas más peligrosas del territorio español. Con poblaciones que se multiplican a la velocidad de la pólvora con el calor y una alta capacidad de transmisión de zoonosis potencialmente mortales como la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, la enfermedad de Lyme o la encefalitis transmitida por garrapatas, por citar solo algunas, la amenaza está servida.
El director general de Anecpla, Jorge Galván, informó de que “el cambio climático, con su aumento progresivo de temperaturas, no sólo está dilatando la época de reproducción de estos artrópodos -la primavera cada vez empieza antes y el otoño cada vez termina más tarde-, sino que además está acelerando su metabolismo. De modo que se reproducen más veces en un mayor espacio de tiempo”.
Según la Anecpla, existen muchas especies de garrapatas. En España preocupan especialmente dos de ellas, que son de especial interés sanitario: las garrapatas del género ‘Hyalomma’ y las del género ‘Ixodes’. “La primera de ellas es el principal vector transmisor del virus de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo. Mientras que la segunda está involucrada, por su parte, en la trasmisión de una gran variedad de patógenos de importancia clínica-veterinaria, entre los que se encuentra el virus de la encefalitis transmitida por garrapatas y la bacteria de Borrelia, causante de la enfermedad de Lyme”, explicó el director general de Anecpla.
Desde esta asociación rogaron extremar las precauciones de la población general en sus salidas al campo e incrementar, por parte de las administraciones públicas, las acciones dirigidas al control de este artrópodo ante su incremento disparado. Pero la presencia de garrapatas cada vez se circunscribe menos al campo y se extiende cada vez más por los parques y jardines de las ciudades, donde pueden tener contacto con mamíferos que ejercen de reservorios, como conejos, ardillas y roedores.
Galván afirmó que “es fundamental que las administraciones destinen recursos a este aspecto de importancia sanitaria creciente, delegando en los profesionales de la Sanidad Ambiental su gestión”.
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