MADRID, 25 (SERVIMEDIA)
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha incrementado hasta el 2,8% su previsión de crecimiento del producto interior bruto (PIB) de España para este año y hasta el 2,2% la de 2025, frente al 1,8% y al 2% estimado en su anterior previsión, respectivamente.
Así se desprende del informe de previsiones económicas del organismo con sede en París, que vuelve a situar a España con un crecimiento económico mayor que el de las grandes economías europeas. De hecho, la media de avance del PIB de la eurozona se mantendrá en el 0,7% este año y bajará dos décimas en 2025, hasta el 1,3% en 2025.
Además, la OCDE prevé que la inflación en España caiga al 3% en 2024 y al 2,1% en 2025, lo que supone la misma estimación que en sus previsiones de mayo para este año y dos décimas menos respecto a 2025. En cuanto a la inflación subyacente (sin energía y alimentos no elaborados), espera que descienda al 2,6% en 2024 -tres décimas menos que en mayo- y al 2,2% en 2025.
La revisión se produce justo un día después de que el Gobierno español haya revisado al alza sus previsiones para el crecimiento del PIB en tres décimas para este año, hasta el 2,7%, y en dos décimas el de 2025, hasta situarse en el 2,4%. Además, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) también ha mejorado su previsión de crecimiento para la economía española hasta el 2,8% este año -cuatro décimas más que su estimación de julio-, al 2,3% en 2025 (+0,3 puntos) y al 2% en 2026 (+0,2).
A ello se suma la reciente revisión del Banco de España, que sube cinco décimas la previsión de crecimiento para 2024, hasta el 2,8%. Para 2025, este organismo anticipa un 2,2% de avance, tres décimas más que en la anterior proyección, y para 2026 prevé un crecimiento del 1,9%, dos décimas por encima de la revisión de junio.
La OCDE apunta en su informe respecto a España que en el segundo trimestre del año el crecimiento del PIB fue “relativamente sólido”, así como en otras “economías avanzadas como Canadá y el Reino Unido”. A nivel general, la Organización advierte de que “las mejoras en la presupuestación, las reglas fiscales a medio plazo y las revisiones exhaustivas del gasto” son “prioridades y políticas clave en muchas economías”.
Asimismo, señala que en algunos países “el poder adquisitivo aún no ha regresado por completo a niveles previos a la pandemia”. En cuanto a las “tensiones geopolíticas y comerciales persistentes”, alerta de que “podrían dañar cada vez más la inversión y aumentar los precios de las importaciones”.
De este modo, “el crecimiento podría desacelerarse más bruscamente de lo esperado a medida que los mercados laborales se enfríen” y “las desviaciones de la trayectoria de desinflación suave esperada podrían provocar perturbaciones en los mercados financieros”.
En el ámbito de la política monetaria, el estudio refleja que los recortes de tipos “deberían continuar” a medida que “la inflación se modere y las presiones del mercado laboral se alivien”, aunque las reducciones de tipos “deberán seguir dependiendo de los datos y evaluarse con cuidado” para “garantizar que las presiones inflacionarias subyacentes se contengan de manera duradera”.
Por último, la OCDE recomienda a los países realizar “acciones fiscales decisivas” para garantizar la sostenibilidad de la deuda, junto con “mayores esfuerzos para contener el gasto y aumentar los ingresos”, con el fin de garantizar que las cargas de la deuda se estabilicen.
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