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La niebla podría proveer agua a las regiones más áridas del mundo

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MADRID, 20 (SERVIMEDIA)

Capturar agua de la niebla produciría este recurso para beber y la agricultura en las zonas más secas del mundo.

Así se explica en un estudio realizado por investigadores de la Universidad Católica de Chile y la Universidad Mayor (Chile), y la Universidad Libre de Bruselas (Bélgica), y publicado este jueves en la revista ‘Frontiers in Environmental Science’.

Los autores llevaron a cabo un estudio de campo durante un año para demostrar que el agua recolectada de la niebla podría aliviar la escasez hídrica que afecta a las poblaciones vulnerables que viven en el desierto de Atacama (Chile).

Con una precipitación anual inferior a un litro por metro cuadrado, el desierto de Atacama es uno de los lugares más secos del mundo. La principal fuente hídrica de las ciudades de la región son capas de roca subterránea que contienen espacios porosos llenos de agua que se recargaron por última vez hace entre 17.000 y 10.000 años.

Ahora, investigadores locales han evaluado si la ‘cosecha de niebla’, un método en el que se recoge y almacena el agua de la niebla, es una forma viable de proporcionar a los residentes de asentamientos informales el agua que tanto necesitan.

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“Esta investigación representa un cambio notable en la percepción del uso del agua de niebla, que ha pasado de ser una solución rural y de pequeña escala a un recurso hídrico práctico para las ciudades”, según Virginia Carter Gamberini, profesora adjunta de la Universidad Mayor.

Carter Gamberini sentencia: “Nuestros hallazgos demuestran que la niebla puede servir como un suministro de agua urbana complementario en las tierras secas donde el cambio climático agrava la escasez de agua”.

CAPTURA DE HUMEDAD

Los colectores de niebla suelen consistir en una malla suspendida entre dos postes que sirve como superficie de intercepción para atrapar la humedad. Las gotas se acumulan en ella y caen en un canalón que conduce a los tanques de almacenamiento de agua. Es un sistema pasivo que no requiere energía externa.

Los investigadores realizaron un estudio de campo de un año de duración en Alto Hospicio, un municipio de rápido crecimiento ubicado en el hiperárido desierto de Atacama.

Debido al rápido crecimiento de la ciudad, cerca de 10.000 personas viven en asentamientos informales. Solo un 1,6% de estos están conectados a redes de distribución de agua y la mayoría de los habitantes reciben agua a través de camiones cisterna.

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“La recolección y el uso de agua, especialmente de fuentes no convencionales como el agua de niebla, representa una oportunidad clave para mejorar la calidad de vida de los habitantes”, apunta Carter Gamberini.

Los investigadores descubrieron que, en un área de 100 kilómetros cuadrados alrededor de Alto Hospicio, se podrían recoger entre 0,2 y 5 litros de agua de niebla por metro cuadrado por día. Sin embargo, este potencial se limita a las altitudes más altas fuera de los límites de la ciudad. Durante la temporada alta del estudio, en agosto y septiembre de 2024, el potencial de recolección alcanzó hasta 10 litros por metro cuadrado y día.

“Al mostrar su potencial en Alto Hospicio, una de las ciudades más estigmatizadas pero que se urbaniza rápidamente en Chile, este estudio sienta las bases para una adopción más amplia en otras áreas urbanas con escasez de agua”, apunta Nathalie Verbrugghe, investigadora de la Universidad Libre de Bruselas.

Sin embargo, la recolección de niebla no debe verse como la única solución a la escasez de agua, sino como parte de una estrategia más amplia de gestión del agua urbana, según los investigadores.

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ALIVIO

El agua recolectada podría utilizarse para beber, regar espacios verdes y producir alimentos en el ámbito local, pero para ello serían necesarios grandes sistemas de almacenamiento, infraestructura de tuberías y medios de distribución.

Basándose en una tasa media anual de recogida de agua de 2,5 litros por metro cuadrado al día, los investigadores subrayan que 17.000 metros cuadrados de malla podrían producir suficiente agua para satisfacer la demanda semanal de agua (300.000 litros) de los barrios marginales urbanos y 110 metros cuadrados podrían satisfacer la demanda anual de riego de los espacios verdes de la ciudad (100.000 litros).

De manera similar, el agua de niebla podría utilizarse para la agricultura sin suelo, con rendimientos de 15 a 20 kilos de verduras de hoja verde en un mes.

Para que esto funcione en otros lugares, las condiciones geográficas y atmosféricas deben ser las adecuadas. “Los requisitos previos clave incluyen la densidad de la niebla, patrones de viento adecuados y relieves elevados bien orientados. Además, dado que la niebla es estacional en muchas regiones, se debe tener en cuenta esta variabilidad”, recalca Verbrugghe.


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