MADRID, 26 (SERVIMEDIA)
Unos 700.000 niños fallecen cada año como por neumonía (2.000 diarios), siendo tres de cada cuatro de esos óbitos de bebés menores de un año. Casi todos los fallecimientos tuvieron lugar en países de ingresos bajos y medianos, y son fácilmente prevenibles.
Estas son algunas de las cifras que se están desgranando en el segundo Foro Global de Neumonía Infantil que se celebra entre hoy y mañana en CaixaForum Madrid, con la asistencia de 300 expertos, altos cargos gubernamentales de 14 países que representan el 60% de todas las muertes por neumonía infantil y representantes de múltiples instituciones y entidades internacionales.
El presidente de Unicef España, Gustavo Suárez Pertierra, explicó que “existen las herramientas que hacen posible evitar que los niños mueran de neumonía, pero no podremos lograrlo si no garantizamos que todos los niños estén protegidos con las vacunas que combaten la neumonía y tengan acceso a un diagnóstico rápido y preciso, y a un tratamiento eficaz con antibióticos, oxígeno y alimentos terapéuticos para luchar contra la desnutrición”.
La pandemia ha debilitado los sistemas de salud en todo el mundo, lo que provocado que la vacunación infantil se haya interrumpido en casi todos los países como consecuencia del incremento de la presión asistencial, el desvío de recursos dedicados a la inmunización contra la covid-19, la escasez de personal sanitario y los confinamientos domiciliarios.
Ante esta situación, la directora del Área de Internacional de la Fundación ‘la Caixa’, la infanta Cristina, adujo que “todos sabemos que no hay progreso sin salud. No hay crecimiento económico sin sistemas sanitarios fuertes”, por lo que “tenemos que hacer frente a las enfermedades que más matan y la neumonía es, sin duda, una de ellas”.
Entre 2019 y 2021, un total de 67 millones de menores de edad se quedaron sin vacunar total o parcialmente y los niveles de cobertura de vacunación cayeron en 112 países, según datos del Estado Mundial de la Infancia 2023. De hecho, únicamente el 51% de los niños en todo el mundo reciben las tres dosis de la vacuna antineumocócica conjugada (PVC), que previene, entre otras enfermedades, la neumonía.
A su vez, la pandemia ha agravado las desigualdades existentes, especialmente en las comunidades más vulnerables, que no disponen de acceso a vacunación, servicios adecuados de agua y saneamiento, y nutrición. A ello se añade el incremento significativo de los niveles mundiales de desnutrición aguda, que mantiene a dos de cada tres chavales en esta situación, sin acceso a tratamientos eficaces y especialmente vulnerables a las enfermedades.
Esta realidad llevó a Quique Bassat, investigador Icrea en el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), a considerar “inaceptable” que “teniendo las herramientas diagnósticas, las vacunas preventivas y los tratamientos adecuados, sigamos lamentando tantas muertes prevenibles por neumonía en los países de baja renta”.
Actualmente, 54 países están lejos de reducir las muertes infantiles a los niveles requeridos para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que pasan por reducir las muertes por neumonía.
Unicef arguyó que las muertes por neumonía podrían reducirse en más del 80% si los países logran aumentar la cobertura de las vacunas PCV, sarampión y DTP (contra difteria, tétanos y tos ferina) por encima del 90%, reducir la desnutrición infantil y la exposición a la contaminación del aire, y garantizar que los niños con neumonía sean diagnosticados y tratados rápidamente con antibióticos, oxígeno y alimentos terapéuticos.
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