
Un guardia civil asegura que Sorzabal, exjefa de ETA, declaró en comisaría que fue ella la que colocó el artefacto
MADRID, 17 (EUROPA PRESS)
La mujer que se encontró la bomba que supuestamente colocó la exjefa de ETA Iratxe Sorzabal en el Aeropuerto del Altet de Elche (Alicante) en julio de 1995 ha asegurado este lunes en la Audiencia Nacional que se dio “cuenta de lo que era” nada más localizar la caja en la que estaba envuelta.
“Había una papelera grande donde yo tenía que estar pasando la mopa por allí, dejé el carro pegado a la papelera, y cuando fui estaba la papelera que había vaciado. Entonces cogí una bolsa que pesaba y yo, manipuladora, pues saqué una caja que había y la abrí. Y allí estaba, vi una caja llena de algo muy duro con unos cables y un reloj”, ha relatado en su declaración como testigo en la vista oral por la que Sorzabal se enfrenta a seis años de cárcel.
La mujer, que realizaba labores de limpieza en el aeropuerto, ha asegurado que estaba “tranquila de aquella manera”. “Para que nadie se asustara, la dejé allí, la tapé, fui corriendo a avisar a las autoridades que había por allí, a la gente de la terminal, subí arriba para que acordonaran y quitaran que no pasara la gente por allí. Porque me di cuenta de lo que era”, ha detallado.
Según se desprende del escrito de la Fiscalía, tras el aviso los Tedax procedieron “a la desactivación del artefacto que resultó compuesto por un reloj digital, una pila de 9 voltios, 500 gramos de sustancia explosiva Ameritol, un detonador eléctrico y unos cables”.
Se trata de la segunda vez este año que Sorzabal se sienta en el banquillo de los acusados. Fue a finales del pasado mes de febrero cuando la que fuera jefa de ETA fue enjuiciada por un atentado perpetrado en octubre de 1995 en el paso fronterizo de Irún (Guipúzcoa) que produjo daños en la aduana española, y por los que se pide para ella 12 años de cárcel.
SORZABAL NIEGA LA ‘KANTADA’
Sorzabal, todavía pendiente de esa sentencia, negó “todo” durante su declaración como acusada, en la que se puso el foco en la ‘kantada’ –un informe enviado a la cúpula de la banda por un etarra al ser detenido– de la acusada, en el que se detallan incluso ataques que hasta el momento de ser plasmados no tenían un autor definido, como los dos mencionados.
La que fuera jefa de la banda sostuvo que lo que contó en el manuscrito “es todo” lo que le “hicieron aprender de memoria, con todos los detalles” en sede policial.
En la sesión de este lunes ha vuelto a declarar –como en el primer juicio– como testigo el agente de la Guardia Civil que analizó esa ‘kantada’, en la que “se dan muchísimo más detalles y datos de cada una de las acciones en las que ella ha participado, poniendo artefactos explosivos o haciendo otro tipo de labores en acciones terroristas”.
Otro de los testigos, también agente, ha sostenido que la acusada declaró en dependencias de la Guardia Civil “que ese artefacto lo colocó ella y que estaba introducido en una bolsa de plástico”. “Según la diligencia del atentado y el informe técnico de explosivos, ese era precisamente el contenedor del artefacto, una bolsa de plástico de basura de color negro”, ha apuntado.
El juicio se reanudará este martes, cuando quedará visto para sentencia, y el tribunal podrá escuchar a Sorzabal, después de que haya solicitado declarar cuando se haya practicado toda la prueba.
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