MADRID, 20 (EUROPA PRESS)
Un nuevo estudio dirigido por el Instituto de Medicina Molecular João Lobo Antunes (Portugal) ha descubierto que un tipo de glóbulos blancos, las células T gamma delta, influye en la transferencia de la microbiota materna durante el parto y la lactancia, y repercute en la respuesta inmunitaria pulmonar de los recién nacidos.
Antes del nacimiento, los pulmones se llenan de un líquido estéril que se sustituye por gas en la primera respiración tras el nacimiento, lo que provoca una reacción inmunitaria que implica una remodelación sustancial del tejido pulmonar, denominada respuesta de la primera respiración.
Ahora, este estudio, publicado en la revista científica ‘Cell Reports’, han implicado a un tipo específico de células inmunitarias, las células T gamma delta, en esta respuesta inmunitaria en ratones.
“Descubrimos que los recién nacidos y criados por madres carentes de células T gamma delta adquieren una microbiota intestinal diferente. Los microorganismos intestinales de estos ratones no son capaces de producir cantidades suficientes de un tipo de moléculas que son importantes para modular la respuesta inmunitaria pulmonar al primer aliento. Como resultado, estas crías tienen una respuesta inmunitaria exacerbada al primer aliento”, ha explicado el líder del estudio, Bruno Silva Santos.
El tipo de respuesta inmunitaria que se induce tras la primera respiración también es relevante en otros contextos. Los investigadores observaron un patrón similar en la progenie de madres carentes de células T gamma delta en respuesta a una infección por un parásito que induce daño pulmonar.
“Vimos que el tratamiento con antibióticos para eliminar los microorganismos del intestino o la suplementación con ácidos grasos de cadena corta, las moléculas que están por debajo en los ratones con respuestas inmunitarias exacerbadas, suprimen las diferencias entre los ratones nacidos de madres con y sin estas células inmunitarias. Esto demuestra que los efectos observados en las crías son indirectos y están ligados a estas moléculas producidas por la microbiota”, ha añadido Pedro Papotto, primer autor del estudio.
La complejidad del trabajo pasa a otro nivel en la transferencia de la microbiota de las madres a los recién nacidos. “Descubrimos que la transferencia de microorganismos de las madres no se limita al proceso del parto. Si los cachorros nacidos de madres que carecen de linfocitos T gamma delta se crían con madres que tienen estas células, su respuesta inmunitaria se restablece. De hecho, nuestro estudio sugiere que la mayor parte de las comunidades bacterianas deben transferirse después del nacimiento, durante la lactancia”, ha detallado Papotto.
Ya se sabe que el sistema inmunitario en desarrollo es sensible a factores derivados de las madres. Ahora, en este estudio, los investigadores descubrieron que las células T gamma delta maternas, que nunca se habían asociado a este proceso, están implicadas en el desarrollo de la inmunidad pulmonar de los recién nacidos al ejercer un efecto en la colonización de los microorganismos intestinales. Esto también se suma al creciente conjunto de pruebas sobre las funciones fisiológicas y terapéuticas de la microbiota intestinal.
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