Una organización achaca el suceso a miembros de la comunidad dogon que habrían perpetrado una “represalia” tras un ataque
MADRID, 3 (EUROPA PRESS)
Las autoridades de Burkina Faso han anunciado la apertura de una investigación tras el hallazgo de los cadáveres de cerca de 30 personas en la localidad de Nouna, situada en el noroeste del país, sin que por el momento haya informaciones sobre la responsabilidad y los motivos de los asesinatos.
El Gobierno burkinés ha indicado en un comunicado que los asesinatos habrían sido cometidos en la noche del 30 al 31 de diciembre y ha manifestado que “las primeras informaciones obtenidas apuntan a 28 personas muertas”.
“Se ha abierto inmediatamente una investigación por parte de las autoridades judiciales competentes para elucidar las circunstancias de este drama y determinar responsabilidades”, ha dicho, antes de pedir “calma” a la población.
Así, ha apuntado que “se han adoptado todas las disposiciones necesarias para esclarecer esta violencia inaceptable”, al tiempo que ha trasladado sus condolencias a las familias de las víctimas.
“Este drama tiene lugar en un momento en el que Burkina Faso está embarcado en una operación de movilización de toda la población para la unidad de acción en la lucha contra el terrorismo. Estos sucesos en Nouna no deben desviarnos de este objetivo prioritario de unión en la diversidad de los hijos e hijas de nuestra nación por la patria y la libertad”, ha afirmado.
En este sentido, ha reiterado su “firme compromiso a la hora de garantizar la protección de todos los burkineses, sin distinción”, y ha trasladado a la población que “se opone a toda forma de abuso o violación de los Derechos Humanos, por el motivo que sea”.
Por su parte, la Fiscalía ha recalcado que ha dado orden a la Policía Judicial para que se traslade al lugar para “llevar a cabo las constataciones necesarias” y ha agregado que “la mayoría de las víctimas, todas de sexo masculino, fueron tiroteadas”.
“Al tiempo que invitamos a la contención a la población, garantizamos que abriremos una investigación para identificar y detener a los autores de estos actos de increíble gravedad. Se llevarán a cabo todas las acciones necesarias para que los autores respondan de sus actos ante la justicia”, ha zanjado.
El Colectivo contra la Impunidad y la Estigmatización de las Comunidades (CISC) ha dicho en un comunicado en su cuenta en la red social Facebook que el ataque habría sido ejecutado por dozos –integrantes de la comunidad dogon– “identificados por las víctimas como parte de los ‘voluntarios'” que habrían llevado a cabo “una represalia” tras un ataque contra su base principal en la zona.
“Esta lamentable situación merece especial atención por parte de las nuevas autoridades, a riesgo de volver a caer en los mismos errores cometidos por las anteriores. Los grupos terroristas armados se aprovechan de este tipo de excesos dentro de las poblaciones para asegurar su reclutamiento”, ha reseñado la organización.
Los dogon y los fulani –también conocidos como peul– han protagonizado numerosos enfrentamientos armados durante los últimos años en Burkina Faso y otros países de la región. Los cazadores dozo acusan a los miembros de esta comunidad de ser miembros de grupos yihadistas que operan en la zona debido a que estos –incluidas las filiales de Al Qaeda y Estado Islámico– han aprovechado el descontento y la tradicional marginación de los peul para engrosar sus filas.
Burkina Faso, gobernado por una junta militar desde el golpe de Estado de enero de 2022 contra el entonces presidente, Roch Marc Christian Kaboré, ha experimentado un aumento de la inseguridad desde 2015. La junta está ahora encabezada por Ibrahim Traoré, quien protagonizó en septiembre una asonada que fue considerada un ‘golpe palaciego’ contra el hasta entonces líder, Paul-Henri Sandaogo Damiba.
Los ataques, obra tanto de la filial de Al Qaeda como de la de Estado Islámico en la región, han contribuido también a incrementar la violencia intercomunitaria y ha hecho que florezcan los grupos de autodefensa, a los que el Gobierno burkinés ha sumado a ‘voluntarios’. El deterioro de la seguridad ha provocado una oleada de desplazados internos y refugiados hacia otros países de la región.
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