MADRID, 24 (SERVIMEDIA)
El Consejo de Ministros aprobó este martes la actualización del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2023-2030, que frente al borrador presentado a finales de 2023 eleva la inversión prevista cerca de un 5%, de 294.000 a 308.000 millones de euros.
El plan, que fue presentado por la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, en la rueda de prensa posterior a la reunión del Ejecutivo, culmina el compromiso adquirido con la Comisión Europea antes de que la propia Ribera se vaya a Bruselas como vicepresidenta ejecutiva de Transición Limpia y responsable de Competencia.
De hecho, tras el visto bueno al real decreto, el Gobierno remitirá mañana a la Comisión Europea el Pniec, que eleva hasta el 48% el objetivo de producción renovable en 2030 y hasta el 81% la potencia instalada. Según Ribera, se trata de “un documento capital” para orientar de forma clara la inversión en el país.
En cuanto a la inversión, la aportación pública pasa del 15% reflejado en el borrador de diciembre al 18%, lo que supone que se incrementa un 25%, pasando de 44.100 a 55.400 millones de euros. De ellos, el 13% procederá de fondos europeos.
Respecto a eficiencia energética, el Pniec 2020 planteaba una reducción del 23% de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero para 2030 respecto a 1990, y esta actualización aumenta la ambición hasta el 32%. En consecuencia, mejora también la eficiencia energética hasta el 44% frente al 41,7% fijado en la primera versión del Pniec.
Para lograr estos objetivos, el borrador del Pniec incrementa las políticas y medidas previstas desde las 78 hasta 110. Incluye por primera vez actuaciones específicas en ferrocarril, aviación y navegación, desarrollo rural, mejora de la integración de renovables con el medioambiente y territorio, ciberseguridad, mercados locales de electricidad, perspectiva de género, mercados de capacidad o análisis del ciclo de vida de los edificios.
Con todo ello, para el año 2030, se espera tener instalados 62 gigavatios (GW) de eólica, un 24% más que los 50 GW previstos en el plan de 2020, y 76 GW de fotovoltaica, el doble que en la primera versión del Pniec. También se prevén 4,8 GW de solar termoeléctrica, 1,4 GW de biomasa y 22,5 GW de almacenamiento.
Además, se incrementa la ambición de objetivos como rehabilitar 1,38 millones de viviendas, frente a 1,2 millones, o disponer de un parque de vehículos eléctricos de 5,5 millones. Y se han introducido metas nuevas, en coherencia con los nuevos objetivos europeos, como consumir un 73% de energía renovable en los edificios, alcanzar 12 GW de electrolizadores para producir hidrógeno verde, o disponer de 19 GW de autoconsumo.
Asimismo, la actualización del Pniec prevé subir en más de 10 puntos porcentuales la producción de energía autóctona, alcanzando el 50%, lo que proporcionaría un ahorro cercano a los 90.000 millones de euros en importaciones de combustibles fósiles durante todo el período.
De la inversión de 308.000 millones, el 37% recalará en energías renovables, el 28% en ahorro y eficiencia, el 17% en redes energéticas, y un 17% en la electrificación de la economía, que debería alcanzar el 35% en 2030, frente al 32% que preveía el documento original.
En consecuencia, la demanda eléctrica crecerá un 34% respecto a 2019 impulsada por nuevos usos industriales y el hidrógeno verde, con un incremento muy notable sobre las previsiones del primer Pniec, que situaba este crecimiento en un 5%.
El Ejecutivo calcula que el PIB crecerá un 3,2% adicional y que el empleo aumente hasta en 560.000 puestos de trabajo en 2030 con relación al escenario tendencial. La generación de puestos de trabajo se reparte por todos los sectores económicos, con especial incidencia en industria, energía o construcción.
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