MADRID, 24 (SERVIMEDIA)
La inversión bruta total, privada y pública, se situó en 306.748 millones en 2024, un 2,1% más en términos reales que el año anterior, lo que supuso aumentar el volumen por cuarto año consecutivo y recuperar la cifra de inversión total en términos reales prepandemia, según la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE).
Ambas instituciones publicaron este lunes ‘El stock de capital en España y sus comunidades autónomas 1995-2004. Cambios en la inversión y en el aprovechamiento de la capacidad productiva’, en el que se evidencia un comportamiento heterogéneo según el tipo de inversión.
En el caso de la inversión pública, impulsada por los recursos europeos de los Fondos Next Generation, el crecimiento en 2024 fue del 5,9%, hasta los 34.868 millones de euros, por encima de los niveles de antes de la pandemia. Desde la Fundación BBVA y el IVIE recuerdan que se partía “de niveles muy bajos tras los severos ajustes de esta capítulo del gasto público”.
Sin embargo, la inversión privada todavía no ha conseguido recuperar esas cifras, y sigue un 3,5% por debajo de los datos prepandemia, a pesar de representar un 90% del total de la inversión bruta. En términos reales, se anotó un repunte del 1,7% en 2024, hasta los 271.879 millones de euros. tras volver a crecer un 1,7%.
Por su parte, el esfuerzo inversor, que hace referencia a la inversión total como porcentaje del PIB, quedó en el 19,3% en 2024, y se situó un 5% por debajo de los niveles previos a la pandemia. El dato de 2024 es inferior al de los años previos, “en los que se superaba el 20% y era similar a la de las economías avanzadas”, como recordaron Fundación BBVA e IVIE.
INVERSIÓN EN INFRAESTRUCTURAS
La inversión en infraestructuras se desplomó un 31,3% en 2010, como vía para reducir el déficit público, y no se recuperó hasta 2021, según el estudio. A lo largo del periodo de análisis, el peso de los agentes privados, como ADIF, Puertos del Estado o sociedades concesionarias de autopistas de peaje, casi se ha duplicado desde 1995, cuando solo suponían un 15%, hasta el 29% de 2024.
No obstante, fue la inversión pública la que lideró la recuperación en los años recientes, “gracias a la llegada de fondos europeos para impulsar las transiciones climática y digital”.
A pesar de la llegada de ese capital, las inversiones en infraestructuras se mantienen muy bajas todavía, en conjunto. En términos reales, siguen un 17,6% por debajo de su nivel de 1995 y un 63% por debajo de su máximo de 2009.
La evolución de estas inversiones difiere según el tipo de infraestructura. Por ejemplo, en el caso de las viarias, se hundió un 56,3% en términos reales entre 2010 y 2018, y comenzó a repuntar a partir de esa fecha, con un crecimiento del 15,8% entre 2018 y 2024. En 2024, sólo creció un 0,7%, hasta los 5.071 millones de euros.
En el caso de la inversión en infraestructuras ferroviarias, se observó un rápido crecimiento hasta 2009, pero a partir de entonces se desplomó un 70%, y no consiguió remontar hasta después de la pandemia, con un aumento del 35,7%. En 2024, las inversiones en infraestructuras ferroviarias alcanzaron los 4.322 millones, un 4,3% más que el año anterior.
Por su parte, las infraestructuras urbanas, que dependen de las corporaciones locales, mantuvieron una tendencia creciente desde 2013, y se acentuó con el desembolso de los fondos Next Generation. Así, en 2024, aumentaron un 9,2%.
En lo que respecta a las infraestructuras hidráulicas, la inversión se redujo un 42% entre 1995 y 2024. En concreto, se acentuó entre 2009 y 2018, con un descenso acumulado cercano al 75%, según concluyó el análisis de Fundación BBVA y el IVIE.
A partir de 2018, la inversión bruta en estas dotaciones, destinadas a la prevención de avenidas y a otras obras relacionados con el ciclo del agua, registró un repunte acumulado del 57,4% en términos reales. En 2024, se invirtieron 2.695 millones de euros, lo que supuso un aumento del 2,4% respecto al año anterior. No obstante, sigue un 42% por debajo del de 1995.
El estudio de Fundación BBVA y el IVIE avisó de que, como consecuencia de los bajos niveles de la formación bruta de capital, el stock de infraestructuras hidráulicas es un 4,6% inferior a los niveles alcanzados antes de la Gran Recesión. Su peso en el stock total de infraestructuras permanece estancado en el 15%.
CAPACIDAD PRODUCTIVA
España cuenta con una economía “muy capitalizada”, como recordó el análisis, y un 75%de la inversión se dedica a reponer el consumo de capital fijo o depreciación. De esta forma, solo la cuarta parte restante es inversión neta que hace crecer el stock. Así, cuando la inversión bruta no aumenta lo suficiente, el stock crece poco o incluso decrece.
El esfuerzo en inversión de 2024 permitió que el stock de capital en España aumentara un 1,4%, “una cifra baja, pero positiva”. Desde la crisis inmobiliaria, el capital avanza lentamente, pero sigue en ascenso. En 2024, se situaba un 27% por encima del de 2007.
Desde Fundación BBVA y el IVIE, recuerdan que los servicios productivos que ofrecen los capitales a la economía no dependen solo del stock total de activos disponibles, sino también de la utilización que cada año se hace de ellos.
En su estudio, estimaron que el porcentaje de utilización de la capacidad instalada en España osciló a lo largo del ciclo, y se situaba en el 81,8% en 2023, último año disponible de los datos de la Comisión Europea utilizados en el cálculo.
Por tanto, el restante 18,2% del stock de capital acumulado en España no se aprovecha para generar crecimiento económico. Una de las consecuencias de esto es que su productividad se resiente y con ello también lo hace la productividad conjunta del capital y el trabajo.
En comparación con países del entorno, España por debajo de la Unión Europea y de sus principales estados. En España, el porcentaje del capital instalado de las manufacturas que no se aprovecha se situó en el 23,1%, frente al 19,5% de la media europea.
Por su parte, el sector servicios en España mostró mayor grado de utilización de sus capitales que las actividades manufactureras, pero se mantuvo sin aprovechar el 12,7% del stock de capital, una cifra superior al 9,4% del conjunto de la EU-28.
Para los autores del informe, “el menor grado de utilización del capital acumulado en España limita el aprovechamiento del esfuerzo inversor para crecer en productividad y en renta por habitante”. En su opinión, el avance pasa por cambiar la composición de la inversión, de manera que se reduzca “el elevado peso tradicional de los activos inmobiliarios” y se apueste por “activos intensivos en tecnología y conocimiento, como los intangibles que ayudan a mejorar el aprovechamiento productivo de la totalidad de los capitales”.
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