MADRID, 1 (EUROPA PRESS)
El Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia (SVR) ha asegurado este lunes que el atentado terrorista de hace diez días en una sala de conciertos de Moscú –en el que murieron más de 140 personas– es “pariente” de los ataques que las Fuerzas Armadas de Ucrania perpetran contra regiones en el oeste del territorio ruso.
“El régimen de Kiev lleva mucho tiempo librando una guerra terrorista en toda regla contra nuestro país, como lo afirman sus representantes”, ha destacado el SVR en un comunicado en el que asevera que esta postura ucraniana evidencia que lo ocurrido en Moscú guarda relación con los ataques sobre regiones como Kursk o Bélgorod.
Así las cosas, el departamento de Inteligencia extranjera de Rusia ha tratado de vincular también a Estados Unidos con lo ocurrido a mediados de marzo en Moscú, asegurando que los ataques ucranianos contra territorio ruso se llevan a cabo gracias a información satelital brindada por Washington.
“Los datos que nos llegan al servicio indican que, al organizar sus ataques, los ucranianos utilizan activamente la información satelital que les proporciona la Inteligencia estadounidense”, ha añadido el SVR, que de este modo justifica que Estados Unidos pueda ser “sospechoso” de lo ocurrido.
“Se hace evidente que Estados Unidos, al blanquear al régimen criminal de Kiev y brindarle asistencia, corre el riesgo de ser sospechoso de estar involucrado en el terrorismo internacional”, afirma la Inteligencia Exterior rusa, que además acusa a Washington de tratar de “distorsionar” la realidad sobre el atentado en Moscú.
En este punto, las autoridades rusas han asegurado que Estados Unidos está fracasando en sus intentos por asentar una única valoración sobre lo ocurrido en la sala de conciertos de Moscú, pues algunos aliados de la OTAN y miembros de la UE no defienden la teoría de Washington.
Finalmente, el departamento de Inteligencia exterior ha puesto en duda el empeño de Estados Unidos por querer pasar página del atentado en Moscú, una prisa que “parece imprudente para muchos en Occidente y sospechosa en Oriente”.
Un grupo de cuatro sujetos armados irrumpió a mediados de marzo en una sala de conciertos a las afueras de Moscú, acabando con la vida de más de 140 personas. Estado Islámico Provincia de Jorasán se atribuyó el ataque, si bien Rusia especula con una presunta implicación de Ucrania.
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