MADRID, 13 (SERVIMEDIA)
La industria farmacéutica busca reducir el impacto de los medicamentos para cuidar del medio ambiente y garantizar su disponibilidad para los pacientes, según se puso de manifiesto en la jornada ‘Industria farmacéutica y medio ambiente’, organizada por Farmaindustria y celebrada este jueves en Madrid.
En el acto de inauguración de la jornada, la vicepresidenta de Farmaindustria y directora general de Sanofi España, Raquel Tapia, remarcó el apoyo de la industria farmacéutica innovadora a las políticas medioambientales puesto que abordan “una amenaza acuciante para la salud mundial, como es el aumento de las temperaturas, que incrementa los ingresos hospitalarios, socava los esfuerzos por erradicar las enfermedades infecciosas y agrava las enfermedades cardiovasculares y respiratorias”.
A esto añadió que “hay una responsabilidad como sociedad y como sector: debemos reducir nuestra huella medioambiental si queremos preservar la salud y el bienestar de la población. Para la industria farmacéutica, sin duda, es una prioridad”.
Según datos de la patronal farmacéutica en Reino Unido presentados en la COP 27 del año pasado en Egipto, el 80% de las mayores compañías farmacéuticas del mundo firmaron compromisos de cero emisiones o de emisiones neutras a corto plazo.
Ejemplo del compromiso sectorial es que la fabricación de medicamentos de uso humano de las más de cien plantas instaladas en España se hace de forma sostenible, con altos estándares en materia de huella medioambiental y uso optimizado de energía y en vanguardia en la denominada economía circular.
CONSUMO ENERGÉTICO
Como refleja el estudio sobre implantación industrial del sector, la ratio de consumo de energía por empleado se redujo más de un 8% en los últimos cuatro años, mismo porcentaje en que se redujeron los residuos producidos de media por cada empleado.
Además, las compañías farmacéuticas son plenamente conscientes de la importancia de garantizar el origen de la energía que consumen, de manera que el sector roza ya el 70% de su energía con garantía de origen renovable.
Sin embargo, estas políticas y propuestas medioambientales no están teniendo en cuenta las consecuencias negativas no intencionadas que pueden tener sobre la disponibilidad de medicamentos para los pacientes en Europa, así como sobre la sostenibilidad y la autonomía estratégica del sector farmacéutico y sanitario europeo.
A este respecto, los especialistas señalaron que varias de estas propuestas medioambientales aumentarán los costes de fabricación en Europa. Algunas, como la Directiva sobre el Tratamiento de las Aguas Residuales Urbanas, apuntan específicamente a la industria farmacéutica, obligándola a pagar por la contaminación causada también por otros sectores y estableciendo estándares de difícil cumplimiento. Esto ejercerá una presión financiera adicional sobre la fabricación en la región, afectando negativamente a los costes de producción.
DEPENDENCIA DE LA PRODUCCIÓN
Otra consecuencia sería una mayor dependencia de la producción realizada fuera de Europa, en países donde los estándares medioambientales y de calidad no están alineados con los europeos. Esto socavará la autonomía estratégica de Europa y amenazará la capacidad del sector para reforzar sus operaciones en la región.
“Implementar una prohibición sin proporcionar tiempo suficiente para encontrar alternativas y permitir exenciones para los productos farmacéuticos reducirá la capacidad de fabricación, provocará interrupciones en las cadenas de suministro y llevará a problemas de escasez de medicamentos, afectando en última instancia el acceso de los pacientes a sus tratamientos”, advirtió la vicepresidenta de Farmaindustria.
Por ello, pidió a las autoridades nacionales y europeas establecer marcos legislativos que beneficien tanto al planeta como a las personas, sin comprometer la I+D ni poner en riesgo el desarrollo de nuevos medicamentos, “evitando así consecuencias negativas tanto para los pacientes como para la economía”.
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