MADRID, 20 (SERVIMEDIA)
Obispos de Marsella (Francia), Barcelona (España) y Bari (Italia) se han unido para fletar “un barco de entrenamiento para la paz” que recorrerá en los próximos meses el Mediterráneo con turnos que sumarán 200 jóvenes de distintos países, culturas y religiones para “formarles en la fraternidad”.
Así lo explicaron este jueves en el Vaticano el arzobispo de Marsella, Jean-Mac Aveline, el de Barcelona, Juan José Omella, y el de Bari-Bitonto, Giuseppe Satriano, que explicaron los pormenores de la iniciativa MED 25 Odyssey-Bel Espoir.
La galeta, cuyo nombre en castellano significa “hermosa esperanza” zarpa este 1 de marzo del puerto de Barcelona y recorrerá otras ciudades mediterráneas hasta el 26 de octubre, cuando atracará en Marsella. Precisamente, esta propuesta es una iniciativa de la Iglesia de Marsella, en el marco del proceso mediterráneo más amplio iniciado en 2020 por el encuentro de Bari.
El cardenal Omella aplaudió la iniciativa de la Iglesia de Marsella y destacó que “este proyecto ha ido tomando cuerpo porque los jóvenes son la esperanza del presente y sobre todo del futuro”. En su opinión, “el encuentro de distintas naciones, culturas y religiones lenguas que conforman el mediterráneo llama a la esperanza”. “Podemos ser diversos pero al final podemos construir algo esperanzador”, zanjó, en el contexto del Jubileo de la Esperanza convocado por Francisco este 2025.
Precisamente, el arzobispo de Barcelona manifestó su deseo de que el Papa se recupere de la neumonía y visite la ciudad condal en 2026 (se espera que para entonces esté concluida la Sagrada Familia de Barcelona, el “símbolo” de la ciudad). Omella planteó esa hipótesis pues Francisco ya ha acudido a algunas de las etapas que recorrerá el barco de la paz. Asimismo, el cardenal español indicó que este proyecto es “el eco de ‘Fratelli Tutti'”, la encíclica de Francisco que concluye que “al final somos todos hermanos”, a lo que el arzobispo añadió que “somos diversos, pero complementarios”.
ETAPAS
Durante el recorrido, los jóvenes participarán en sesiones de formación sobre la paz, organizarán conferencias y festivales en cada puerto de escala y vivirán una experiencia de encuentro y fraternidad.
Los jóvenes tienen entre 20 y 35 años y proceden de las cinco orillas del Mediterráneo. Con su convivencia por etapas, el proyecto busca fortalecer los vínculos interculturales e interreligiosos. El padre Alexis Leproux, vicario Episcopal de Marsella, enseñó la “carta de navegación” que mostraba las fases del proyecto.
El viaje se divide en ocho etapas de dos semanas, cada una de ellas centrada en una temática concreta: La primera, de Barcelona a Tetuán (1 –15 de marzo), será sobre el diálogo de culturas. En la etapa de Palermo a Bizerta (29 de marzo – 13 de abril) se hablará de educación y sociedad. Las mujeres en el Mediterráneo centrarán la etapa de La Valeta a Heraklion (26 de abril–11 de mayo); y el diálogo interreligioso será el tema que se tratará desde Nicosia a Jounieh (7–21 de junio).
La siguiente etapa se dirigirá desde Estambul a Atenas (5 al 20 de julio), y se centrará en el medio ambiente y el desarrollo. Ya en agosto, de Durrës a Trieste (2 al 17 de agosto) los jóvenes se plantearán los desafíos migratorios; y de Rávena a Bari (30 de agosto-14 de septiembre) los tripulantes hablarán de cristianismo oriental y occidental. Finalmente, la galeta será foro de cómo construir la paz de Nápoles a Marsella (11 – 26 de octubre).
Con todo ello, el ‘Bel Espoir’ pasará de una orilla a otra, de un puerto a otro, con el mensaje de que “la paz es nuestro futuro”.
Durante la presentación del proyecto, el cardenal Aveline se refirió a la “gravedad de la situación” del panorama socio político de occidente, algo que, en su opinión, se puede solventar con “sinodalidad”. Por su parte, Satriano, calificó el proyecto de “bella aventura”. “El niño está creciendo, no es una iniciativa, es un proceso”, señaló, dándole importancia para “construir puentes”. “La comunión eclesial del Mediterráneo no es una utopía”, zanjó.
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