MADRID, 21 (SERVIMEDIA)
El párroco de la parroquia de Nuestra Señora de la Consolación de Aznalcóllar, Ignacio del Rey, ha subrayado que “la Iglesia, que constantemente nos llama a la comunión, también nos lanza a la misión de acompañar. En Aznalcóllar, el pueblo con más paro de la provincia de Sevilla, no solo esperamos la apertura de la mina por los puestos de trabajo directos que ésta ofrezca, que también, sino por la reactivación de la vida social del pueblo”.
Así lo remarcó a medios diocesanos, según la información reportada por el Arzobispado de Sevilla tras la decisión de la Junta de Andalucía de otorgar recientemente Autorización Medioambiental Unificada a Minera Los Frailes, encargada del proyecto de la nueva mina de Aznalcóllar. El propio arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses, también aplaudió la medida a través de sus redes sociales.
“La nueva mina de #Aznalcóllar supera todos los trámites ambientales. La #JuntadeAndalucía otorga la Autorización Medioambiental Unificada a Minera Los Frailes. Enhorabuena a Aznalcóllar, al Alcalde y al Párroco, que tanto están luchando por recuperar la mina, a todas las familias, al pueblo entero. La Acción de Gracias a Dios será una celebración solemne en la #Catedral, y también daremos las gracias a todas las personas que han colaborado en el proyecto”, indicó el prelado.
Según el párroco, “el municipio necesita movimiento en sus calles, reducir la conflictividad que provoca la droga, crear seguridad a las pequeñas empresas, promover la inversión de hosteleros y comerciantes, es decir, recuperar el ambiente alegre y natural de un pueblo que con dignidad vive de su trabajo”.
EMPLEO
“El empleo dignifica al hombre, algo que la Doctrina Social de la Iglesia afirma con rotundidad. Por ello, este pueblo espera verse muy pronto dignificado por todo lo que supone, directa e indirectamente, el reinicio de la actividad minera”, prosiguió a los medios diocesanos.
Ignacio del Rey añadió que “la Parroquia, como Iglesia particular, busca cada día asumir las necesidades e inquietudes de los vecinos como propias”. “De este modo, la Iglesia como madre adopta la tarea de reconocerse en la coyuntura particular de su gente, acoger su sufrimiento, alentar en la esperanza, ofrecer la escucha y el apoyo espiritual y material necesario, compartir sus aspiraciones y trabajar por ellas”, zanjó.
Según el Arzobispado, la autorización ambiental significa que “el proyecto ha superado el aspecto más controvertido, la depuración y vertido de aguas, después del amargo recuerdo del desastre que ocurrió en 1998”. “El ejecutivo andaluz asegura que es un proyecto nuevo, que no tiene ‘nada que ver’ con el que provocó el desastre. Se trata de otra mina en el mismo sitio y no de una reapertura”, añadió la iglesia hispalense.
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