MADRID, 27 (EUROPA PRESS)
La disidencia de las FARC conocida como Segunda Marquetalia ha liberado el sábado pasado a 16 jóvenes que hacían parte de otro grupo enemigo en el contexto de los recientes enfrentamientos entre organizaciones armadas irregulares en las zonas rurales del departamento de Nariño.
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) ha informado en las últimas horas de que estas personas formaban parte del Frente 30 Comando Coordinador de Occidente, otra de las disidencias de la ya extintas FARC.
Esta operación desarrolló en coordinación con la Oficina del Alto Comisionado para la Paz de Colombia, el Defensor del Pueblo y la Iglesia Católica. Según las partes, los jóvenes se encuentran en plenas condiciones físicas.
El defensor del Pueblo, Carlos Camargo, ha destacado que la liberación de estas personas se han llevado a cabo como parte de los acercamientos entre el Gobierno de Colombia y Segunda Marquetalia, como gesto de buena voluntad y de respaldo a la propuesta de ‘paz total’ anunciada por el presidente, Gustavo Petro.
Se trata de una operación sin precedentes, según ha puesto de relieve, Camargo, ya que es la primera vez que un grupo armado irregular entrega a integrantes de otro grupo armado ilegal con fines humanitarios, informa el diario ‘El Tiempo’.
Antes de su puesta en libertad, representantes del CICR evaluaron su estado de salud y las autoridades colombianas les expusieron los beneficios jurídicos, económicos y sociales, de acogerse a las políticas de desmovilización.
La puesta en libertad de estas 16 personas se produce en un momento en el que varios grupos armados han mostrado interés por acercarse al diálogo propuesto por el presidente Petro para poner fin a la violencia en el país. En ese sentido, el defensor Camargo les ha conminado a sumarse al plan de ‘paz total’ del Gobierno y a un alto el fuego multilateral para que la negociación pueda seguir avanzando.
Este caso se conoce en paralelo a la aprobación por parte del Congreso de Colombia del proyecto de ley de ‘paz total’ con el que el Gobierno pueda comenzar a negociar con los diferentes grupos armados. A partir de ahora será política de Estado por lo que los gobiernos sucesores al de Petro deberán dejar abiertas las puertas al diálogo y cumplir con los acuerdos que se vayan fijando.
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