MADRID, 20 (EUROPA PRESS)
El Nuevo Ejército del Pueblo (NPA), una guerrilla comunista, ha ejecutado a tres presuntos “contrarrevolucionarios” tras un proceso judicial sin ninguna garantía, según denuncia la organización humanitaria HRW.
Las tres víctimas fueron ejecutadas en la provincia de Negros Occidental, en el centro de Filipinas, tras un proceso en el que fueron acusadas de espionaje para el Ejército y también de delitos como la violación.
Las acusaciones fueron presentadas ante un “tribunal popular”, pero no han trascendido detalles del proceso, por lo que HRW destaca que no se sabe si los acusados estaban presentes, si tuvieron una representación adecuada o si siquiera tuvieron la opción de defenderse.
“El Nuevo Ejército del Pueblo tiene una larga historia de ejecuciones tras jucios que no cumplen los más básicos criterios de justicia”, ha advertido un investigador de HRW, Carlos Conde. “La escasa información proporcionada por este grupo armado sobre las ejecuciones apunta a que, otra vez, lso castigos más graves se aplican sin ningún respeto para los preceptos del Derecho Internacional”, ha añadido.
Una portavoz del NPA, Roselyn Jean Pelle, ha confirmado la ejecución el pasado 26 de agosto de Benjamin Javoc, de 54, presidente de la aldea de Lalong, en Calatrava, Negros Occidental. Javoc era “famoso por proteger el tráfico de drogas en la zona” y fue acusado de “crímenes contra el pueblo y el movimiento revolucionario por trabajar para los militares dándoles información”.
También ha sido ejecutado Renato Estrebillo, de 43 años y trabajador de Calatrava. Estrebillo fue ejecutado el 12 de agosto por “dar un soplo” al 79º Batallón de Infantería que propició una intervención militar el 6 de julio. Dos niños resultaron heridos y un civil fue detenido por los militares. Estrebillo además “era un conocido ladrón de animales y productos agrícolas”.
Por último, el 7 de agosto fue ejecutado Rodel Nobleza, de 37 y también de una aldea de Calatrava, por dar información al Ejército, lo que desencadenó en una incursión en abril de 2019 en la que murieron dos miembros de la guerrilla y un civil. Ademaás Nobleza sería traficante de droga.
HRW ha solicitado información al NPA sobre el proceso judicial y las ejecuciones, pero no ha recibido “una respuesta sustancial”. Sin embargo, el grupo humanitario alerta de que según informaciones de prensa ninguno de los tres estaba retenido por el NPA durante los jucios, por lo que se entiende que no pudieron defenderse.
Javoc habría sido tiroteado en su propia casa; Estrebillo, cuando estaba saliendo de su casa, y Nobleza cuando los guerrilleros le pararon cuando conducía una motocicleta con dos menores de edad.
HRW recuerda que en sus 53 años de historia el NPA ha ejecutado a numerosas personas condenadas por sus tribunales populares. Muchos fueron condenados ‘in absentia’. Además habrían ejecutado y torturado a disidentes del NPA o del Partido Comunista de Filipinas, en particular durante las purgas de finales de la década de 1980 y principios de los 90.
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