MADRID, 25 (EUROPA PRESS)
La guerra en que vive sumido Sudán desde mediados del mes de abril alienta una crisis humanitaria que, según Naciones Unidas, puede alcanzar “proporciones épicas” y “consumir todo el país” si no se toman medidas para paliarla, e incluso amenazar la estabilidad de toda la región.
El secretario general adjunto de la ONU para Asuntos Humanitarios, Martin Griffiths, ha advertido en un comunicado que “cuanto más continúe el conflicto” entre el Ejército y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), más devastador será su impacto”.
Más de 4,5 millones de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares –más de un millón han cruzado hacia países vecinos– y se estima que cerca de medio millar de niños han muerto víctimas del hambre, con enfermedades como el sarampión, la malaria, el dengue o la diarrea como potenciales amenazas.
“Cientos de miles de niños sufren desnutrición grave y corren riesgo de muerte si no se les trata”, ha advertido Griffiths, que teme también que haya una “generación perdida” sin educación y con las “cicatrices” físicas y psicológicas que deja una guerra. De hecho, considera “muy preocupantes” las informaciones que apuntan al posible reclutamiento de menores en grupos armados.
Los enfrentamientos se concentraron inicialmente en Jartum y Darfur, pero ya se han extendido a otras zonas como Kordofán, donde la comida empieza a agotarse y las carreteras permanecen bloqueadas. “La humanidad debe prevalecer. Los civiles necesitan asistencia ahora mismo, los trabajadores humanitarios necesitan acceso y fondos para entregarla”, ha afirmado Griffiths.
“La comunidad internacional tiene que responder con la urgencia que merece esta crisis”, ha apostillado el responsable de la ONU.
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