MADRID, 7 (EUROPA PRESS)
La Fundación Pasqual Maragall financiará un estudio del Instituto de Neurociencias (IN), centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche, dirigido por Silvia De Santis, que mediante una nueva técnica de imagen cerebral no invasiva investigará el sistema inmune y el Alzheimer.
En los últimos años se ha descubierto que el sistema inflamatorio tiene un papel importante en las fases muy tempranas del alzhéimer. Sin embargo, estudiar la microglía, las células inmunitarias del sistema nervioso, en vivo y de forma no invasiva, es un proceso complicado. La técnica que permite monitorizar la microglía para llevar a cabo este tipo de estudios.
Las células de la microglía son células inmunitarias que se encuentran en el cerebro y la médula espinal, cuya función principal es actuar como la primera línea de defensa del sistema inmunológico en el cerebro. “Actualmente, la microglía ha cobrado un papel fundamental en la investigación del Alzheimer porque estas células actúan para contener el daño de la patología, pero su activación prolongada puede agravar la degeneración cognitiva. Esta dualidad hace que el estudio que planteamos sea clave para entender mejor la evolución de la enfermedad”, explica De Santis.
El laboratorio Biomarcadores de Imaging Traslacional que lidera la investigadora en el IN ha desarrollado una nueva técnica de imagen cerebral no invasiva, basada en imagen por resonancia magnética ponderada en la difusión de agua, que permite monitorizar la microglía. El objetivo del proyecto es aplicar esta tecnología en un modelo animal de la enfermedad de Alzheimer y, posteriormente, adaptarla a pacientes humanos.
En colaboración con el Estudio Alfa del BarcelonaBeta Brain Research Center, que sigue a un grupo de pacientes desde hace más de 10 años, los investigadores buscarán integrar este nuevo protocolo en futuras exploraciones cerebrales.
Además, se empleará inteligencia artificial para mejorar la interpretación de imágenes previas, aumentando su resolución y permitiendo analizar el estado de activación de la microglía en imágenes ya adquiridas. “La inflamación cerebral mediada por microglia es uno de los factores clave en las primeras fases del alzhéimer. Este trabajo nos permitirá obtener una mejor comprensión de su papel en la progresión de la enfermedad y podría abrir la puerta a nuevas terapias”, señala De Santis.
El Estudio Alfa también proporciona datos sobre individuos que están en riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer. De hecho, algunos de los participantes han desarrollado algunos síntomas de la enfermedad durante el periodo de seguimiento, lo que permitirá a los investigadores analizar sus imágenes cerebrales en estadios muy tempranos de la enfermedad.
“La caracterización de la microglía podría ofrecer una oportunidad para adelantar el diagnóstico, al detectar alteraciones en fases previas al deterioro cognitivo. De esta manera, se podrían identificar nuevos factores de riesgo, permitiendo un seguimiento más personalizado y mejorando el pronóstico de la enfermedad”, destaca De Santis.
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