“Hay que hacerles ver que tienen otras capacidades, no una discapacidad”, dice la coordinadora del proyecto ‘Pisadas de Dignidad’
MADRID, 22 (EUROPA PRESS)
Fundación ONCE ofrece a personas con acondroplasia (que sufren un trastorno genético que afecta a su crecimiento óseo lo que hace que su estatura sea notablemente menor a la del resto) itinerarios para buscar otros empleos y no se dediquen a ser ‘torero cómico’ o ‘bombero torero’, por ejemplo, a través de iniciativas como ‘Pisadas de Dignidad’, un proyecto que acaba de cumplir su primer año de vida.
Como explica a Europa Press la coordinadora del proyecto Beatriz Ávila, esta iniciativa busca cambiar la percepción de estas personas que creen que “solo pueden tener un empleo en base a su discapacidad, no por sus capacidades”. “El objetivo es acceder a un empleo digno en base a sus potencialidades como individuo y no a su discapacidad o circunstancias sociales”, precisa.
En todo el mundo viven en torno a 1.107.650 personas con ADEE (personas con acondroplasia y otras displasias esqueléticas con enanismo) y, en general, con talla baja severa, según los resultados de una investigación publicada en 2022, llevada a cabo por Fundación Alpe y la asociación ADEE (editada por Fundación ONCE) para determinar el número de personas con talla baja severa, así como sus características sociodemográfícas y laborales.
En España, 4,1 personas por cada 10.000 tendrían talla baja severa, es decir, en torno a 19.515 formarían parte del colectivo de personas con talla baja severa, y de ellas, cerca de 4.000 serían personas con ADEE. Casi 6 de cada 10 personas son varones.
Estas personas tienden a salir del sistema educativo a edades tempranas y, en su mayoría, solo hacen Educación Secundaria Obligatoria. En el caso de aquellos que consiguen obtener algún título de formación profesional o de formación superior, la mayoría (30,9%) se orientan a la rama administrativa.
Sobre su empleabilidad, es un colectivo marcado por la precariedad y la pobreza laboral ya que 6 de cada 10 personas con talla baja severa están en situación de desempleo. Además, casi 5 de cada 10 personas de este colectivo tienen más de 45 años lo que dificulta su inserción laboral.
Precisamente esta semana, el Pleno del Senado ha aprobado el Proyecto de Ley de trasposición de Directivas de la Unión Europea en materia de accesibilidad de determinados productos y servicios (con la abstención del PP y el rechazo de Vox) que incluye, entre otras medidas, la prohibición legal de celebrar espectáculos públicos, incluidos los taurinos, que supongan vejación para personas con discapacidad. Este es uno de los oficios a los que se suelen dedicar las personas con ADEE. El texto tiene que volver al Congreso para que ratifique los cambios introducidos por la Cámara Alta.
“‘Pisadas de Dignidad’ nace como una alternativa de formación y oportunidad de empleo digno para personas de un colectivo concreto que trabajan en actividades y espectáculos denigrantes desde la perspectiva y el concepto de la Convención Internacional de Derechos de Personas con Discapacidad”, explica Ávila, que añade que estas personas “son llamadas a ese tipo de actividad única y exclusivamente en función de su discapacidad, no por ser ellas mismas como personas que se desarrollen de una manera u otra”.
“La libertad de vida tiene que venir necesariamente acompañada de justicia social y de autonomía. Uno puede poder trabajar en lo que quiera, pero si esa libertad no va acompañada de igualdad de oportunidades, no existe tal libertad ya que se dedican a lo que entienden que pueden hacer”, lamenta.
Para desarrollar y ejecutar este proyecto, actualmente cuentan con 30 profesionales, técnicos especialistas formados y especializados coordinados por Ávila, que generan una red de sinergias con colaboradores externos como administraciones u otras entidades que trabajan con personas con discapacidad, entre otras.
Como explica la también directora regional de Inserta empleo en Asturias, ‘Pisadas de Dignidad’ consta de tres etapas, a las que denominan “pisadas”. En la primera de ellas, ‘Mi mejor ahora’, se hace un abordaje individual y psicosocial, para mejorar aspectos relacionados con la autoestima, autopercepción y empoderamiento.
A esta etapa sigue ‘Pisada hacia el futuro’, que contempla la formación profesional, en colaboración con empresas. “Muchas de estas personas ni siquiera han contemplado otras opciones laborales, no es que las hayan contemplado y no hayan podido acceder a ellas. Y ahí es donde entra en juego el papel activo de la empresa”, ha explicado. El último paso es ‘El futuro es ahora’, etapa de intermediación laboral intensiva, con apoyo en el empleo para su consolidación en el nuevo sector.
“El primer caso que llegó a nosotros fue en septiembre del año pasado y llegamos al mismo a través de los medios de comunicación. En estos momentos, hay 31 personas identificadas (21 hombres y 10 mujeres), procedentes de Galicia, Cataluña, Valencia, Andalucía, Baleares y Madrid, con 13 involucrados en alguna fase del proyecto (9 hombres y 4 mujeres)”, explica.
Así, del total de participantes, algunos se ponen en contacto directamente con la institución mientras que a otros acceden a través del Listado de Toreros Cómicos inscritos en el Registro General de Profesionales Taurinos. “Son cerca de un centenar de personas a las que tenemos identificadas”, precisa.
“Otra vía de captación son las noticias sobre espectáculos para adultos, otra de las actividades a las que se dedican”, señala Ávila que recuerda que “muchas de estas personas viven en situaciones de máxima vulnerabilidad, con una situación tan precaria y vulnerable que cualquiera de estos dos ámbitos son un riesgo de atracción”.
Este proyecto –que se lleva a cabo a través de Inserta Empleo, la entidad para la formación y empleo de Fundación ONCE– cuenta con el apoyo de la Dirección General de Derechos de las Personas con Discapacidad del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, la Asociación de Displasias Esqueléticas con Enanismo (ADEE) y la Fundación Alpe Acondroplasia. Está financiada por el Fondo Social Europeo.
“PRIMERA REACCIÓN ADVERSA”
“Cuando se contacta con estas personas, la primera reacción suele ser adversa”, reconoce Ávila, que relata cómo algunos de ellos consideran que “articulan que se queden sin trabajo cuando lo que se quiere hacer entender es que se quiere generar una oportunidad, pero que paralelamente se está desarrollando todo un marco normativo legal de prohibición de estos espectáculos”.
“Se trabaja muy intensamente con estas personas para que entiendan que lo que se les ofrece son oportunidades. El proyecto no va por delante de la realidad, sino que existe porque gracias al trabajo hecho desde el ámbito social y de los derechos de las personas con discapacidad, ahora hay un panorama que se está modificando que va hacia la penalización y prohibición. Ante esa situación, el proyecto lo que ofrece son alternativas”, reitera.
“El mensaje que se les translada es ‘no te vas a quedar en la calle’ pero para que seas competitivo y salgas de ese círculo, hay que crecer profesionalmente –relata–. Pero esto no es inmediato: llamas a la persona, le presentas el proyecto, lo que implica, el apoyo que va a tener por nuestra parte… Y todo esto la gente lo tiene que asimilar. Hay que explicarlo muy bien para que entiendan que es una solución y no una barrera. Superado ese primer momento, luego todo fluye mucho mejor”.
“Las casuísticas son tantas como las personas que hay. No hay ningún caso igual. Pero la realidad es que es un colectivo con necesidades asociadas, no perciben que ha habido una autoadaptación pero hay que hacerles entender que hay barreras y plantearles sitauciones que no se han planteado porque han sido contratados por su discapacidad. Pero hay que ir más allá y hacerles ver lo que valen, aunque es algo muy lento”, concluye.
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