El líder de Demócratas de Suecia, la segunda fuerza parlamentaria, también queda excluido por sus posturas ultraderechistas
MADRID, 25 (EUROPA PRESS)
La Fundación Nobel, encargada de otorgar los prestigiosos galardones, ha informado este martes de que ha decidido no invitar a la ceremonia de entrega de premios en Estocolmo a los embajadores de Rusia y Bielorrusia en Suecia.
“La Fundación Nobel invita a los embajadores que se encuentran en Suecia, pero en relación con la invasión rusa sobre Ucrania, la Fundación ha decidido no invitar a los embajadores de Rusia y Bielorrusia”, cita una comunicado difundido por el servicio de prensa del organismo.
La ceremonia, que se celebrará el próximo 10 de diciembre en la capital sueca, tampoco contará con la presencia de Jimmie Akesson, líder del partido Demócratas de Suecia, formación ultraderechista que se ha convertido en el segundo partido más votado en las últimas elecciones generales.
“El premio Nobel se basa en el respeto a la ciencia, la cultura, el humanismo y el internacionalismo. Este respeto también es la base de los logros que se celebran y destacan cuando los premios Nobel y los invitados de todo el mundo son invitados a la ceremonia de entrega de premios Nobel y al banquete del 10 de diciembre”, ha defendido la Fundación.
La exclusión de los embajadores de Rusia y Bielorrusia se da en un año en que el premio Nobel de la Paz ha recaído en manos del activista bielorruso Ales Bialiatski, la ONG rusa Memorial y el Centro para las Libertades Civiles de Ucrania.
Con estos premiados el Comité Noruego ha querido aplaudir la labor de la sociedad civil en defensa de los Derechos Humanos en los tres países, más aún en un contexto marcado por la invasión rusa de Ucrania.
Bialiatski pasó tres años en prisión, entre 2011 y 2014, y fue detenido de nuevo tras las protestas postelectorales de 2020. Aún permanece en prisión preventiva, por lo que es la cuarta persona reconocida con el Nobel mientras está presa, junto a la birmana Aung San Suu Kyi, el chino Liu Xiaobo y el alemán Carl von Ossietzky.
La ONG Memorial, fundada en 1987 en pleno declive soviético, por activistas como Andrei Sajarov, que ya había sido reconocido previamente con el premio Nobel de la Paz. La organización siguió creciendo tras el colapso de la URSS y su constante pulso con el Kremlin llevó a que fuese declarada “agente extranjero” y obligada a cerrar a finales de 2021.
Por su parte, el Centro para las Libertades Civiles surgió en 2007 para promover la democracia y la defensa de los Derechos Humanos en Ucrania y, durante estos últimos meses, ha trabajado para identificar y documentar los presuntos crímenes de guerra perpetrados por Rusia. Ya había abogado desde su fundación por la incorporación de Ucrania al Tribunal Penal Internacional (TPI), en aras de la rendición de cuentas.
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