MADRID, 9 (EUROPA PRESS)
La Fundación CARF destinó casi seis millones de euros a la formación de seminaristas, sacerdotes diocesanos, religiosos y religiosas que ayudaron a la formación de 2.171 estudiantes de los cinco continentes, según se refleja en su memoria 2023.
El objetivo es que estos estudiantes reciban una formación integral en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz, en Roma, y en las Facultades Eclesiásticas de la Universidad de Navarra, en Pamplona.
“Con una situación político-económica inestable, el esfuerzo de todos los benefactores y amigos de la Fundación CARF (unos 5.400) ha supuesto que nos quedemos muy cerca de tapar el agujero de casi dos millones de euros que se produjo en el año 2022. Ese año no acompañaron la obtención de recursos por legados y testamentos y por la gestión derivada de nuestro fondo de dotación. Gracias a Dios, este año 2023 ambos aspectos han sido mucho más positivos”, destaca el presidente de la Fundación CARF, Fernando Martí Scharfhausen, en su carta de presentación de la Memoria.
En total, en 2023 se formaron gracias a estas ayudas 2.171 estudiantes de 80 países de los cinco continentes. Del total, 700 estudian en Pamplona y 1.471, en Roma.
En cuanto a los fondos obtenidos, se captaron 1.325.013 de euros mediante colaboraciones mensuales, trimestrales o semestrales; 3.273.921 de euros de donaciones puntuales, y 2.915.460 de euros de testamentos y legados. Además, el fondo de dotación aportó para ayudas al estudio 553.971 de euros. La Fundación CARF recuerda que no depende de subvenciones públicas.
Además, la Memoria señala que en 2023 fueron ordenados obispos cuatro exalumnos de Roma y Pamplona: Juan Manuel Cuá Ajucum, obispo de Quiché, Guatemala; Teodoro León Muñoz, obispo auxiliar de Sevilla, España; Francisco José Prieto, arzobispo metropolitano de Santiago de Compostela, España; y Raimo (Ramón) Goyarrola, obispo de Helsinki, Finlandia.
La Fundación CARF precisa que su misión principal es “rezar por los sacerdotes y por las vocaciones; en segundo lugar, difundir el buen nombre del sacerdote en todo el mundo; y, como apoyo fundamental a su labor, ayudarles en su formación integral”.
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