MADRID, 1 (EUROPA PRESS)
Letonia celebra este sábado elecciones al Parlamento (la Saeima) con la guerra de Ucrania y la fractura de la política nacional como temas dominantes y estrechamente relacionados en este Estado báltico, caracterizado por la existencia de una minoría rusoparlante cuyas actividades se han visto sensiblemente disminuidas en el país desde el comienzo del conflicto por el apoyo concedido por las autoridades letonas, como país miembro de la OTAN, a la defensa nacional ucraniana.
Estas restricciones han modelado durante los últimos meses el panorama político. Según un reciente informe del Instituto de Estudios en Política Exterior (FPRI, por sus siglas en inglés), grupos minoritarios favorables a Moscú como la Unión Letona Rusa u organizaciones marcadamente identitarias como la Asociación Letona para las Regiones han ganado en apoyos mientras grandes partidos nacionales anteriormente prorrusos como Armonía, se han ido debilitando al verse obligados a posicionarse contra el Kremlin.
Las encuestas indican que el partido Nueva Unidad del primer ministro Krisjanis Karins, que encabeza la actual coalición minoritaria de centro-derecha, formada por cuatro partidos, liderará los comicios pero solo con entre el 13 y el 20 por ciento de votos proyectados. También es probable que Karins mantenga el cargo, ya que los sondeos le dan como favorito en las casi seguras negociaciones posteriores para un nuevo gobierno.
De acuerdo con un sondeo de la emisora pública letona LSM, la Unión de Verdes y Granjeros podría quedar en segundo lugar con un 7,8 por ciento de los votos, seguida de la Alianza Nacional de centro-derecha, miembro de la coalición actual que lidera Karins, solo una décima por detrás. Armonía, por su parte, podría quedarse sin representación parlamentaria.
Todo ello ocurre en un escenario de transformación en el que la minoría rusa –una cuarta parte de la población, es decir, casi dos millones de personas– ha lamentado que su voz pública está siendo estrangulada. Las emisiones de los canales rusos han sido suspendidas mientras el Gobierno ha presentado planes para cambiar toda la educación al letón y eliminar la instrucción en ruso.
Ello ha repercutido en la reapertura de las heridas de un pasado disputado. Los miembros de la mayoría étnica letona llevan décadas denunciando que la incorporación del país a la Unión Soviética en 1940 fue una anexión ilegal, mientras que los rusoparlantes defienden que se trató de una incorporación voluntaria.
Los primeros resultados de los comicios se darán a conocer a las pocas horas del cierre de las urnas a las 20.00, hora local, pero cabe insistir en que el primer candidato a formar gobierno no siempre pertenece al partido más votado. Queda a potestad del presidente del país, Egils Levits, designar a quien considere más capacitado para liderar las negociaciones.
“Letonia”, aseguró Levits el jueves en su discurso final antes de los comicios, “necesita una futura Saeima y un Gobierno que tenga experiencia y previsión, poder y pragmatismo, y cuya prioridad sea la seguridad de Letonia, así como el desarrollo de nuestras Fuerzas Armadas, el establecimiento de un servicio de defensa nacional y una estrecha cooperación dentro de la OTAN”.
El presidente letón incidió en que la guerra en Ucrania debe servir para reafirmar la identidad nacional del país. “No creo en los partidos y políticos que durante décadas han sido incapaces de reconocer y condenar la ocupación (soviética) de Letonia”, indicó en el discurso, recogido por LSM, “o que tienen, o aún tienen, dificultades para aceptar que el idioma letón es nuestro único idioma oficial”.
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