MADRID, 26 (EUROPA PRESS)
La Fiscalía de Portugal ha acusado este lunes de once delitos, incluidos dos de homicidio agravado, al presunto autor de un ataque con arma blanca perpetrado en marzo de 2023 contra un centro islámico en Lisboa, en el que murieron apuñaladas dos mujeres.
Las autoridades han presentado un “auto de procesamiento para juicio colectivo contra un imputado de nacionalidad afgana, por la comisión de actos ilícitos correspondientes a dos delitos de homicidio agravado, seis delitos de homicidio agravado en forma de tentativa, dos delitos de resistencia y coacción contra un empleado, y un delito de tenencia de arma prohibida”, reza un comunicado.
El Departamento Central de Investigación y Acción Penal ha indicado que “el acusado padecía, en el momento de los hechos, y todavía padece una anomalía psíquica, concretamente un cuadro psiquiátrico de esquizofrenia y un trastorno mixto de la personalidad, concretamente trastorno narcisista y antisocial, por lo que se solicitó la declaración de inimputabilidad”.
La oficina añade que “existe una alta probabilidad de que el acusado cometa otros delitos típicos de la misma naturaleza, por lo que ha solicitado la aplicación judicial de una medida de seguridad de internamiento”. Por el momento, “el imputado está sujeto a la medida coercitiva de internamiento preventivo en un hospital psiquiátrico”.
El ataque tuvo lugar cuando un hombre de nacionalidad afgana, beneficiario del estatuto de protección internacional de refugiado, irrumpió armado con un cuchillo “de grandes dimensiones” en el Centro Ismailí, representante de una corriente dentro del islam chií y que es especialmente frecuente en países como India o Pakistán. Las autoridades trataron los hechos como “un acto aislado”.
Los agentes se encontraron al atacante a su llegada al lugar de los hechos y fue abatido por la Policía lusa, siendo trasladado ese mismo día al Hospital San José de Lisboa. Las fallecidas eran dos mujeres –de 24 y 48 años– que trabajaban en el centro en servicios de apoyo a los refugiados. Al día siguiente del crimen, el director nacional de la Policía Judicial dijo que no había “ni un solo indicio” de que el ataque fuera un acto terrorista, admitiendo que fue el resultado de “un arrebato psicótico del atacante”.
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