MADRID, 14 (SERVIMEDIA)
El Parlamento Europeo respaldó este martes que todos los edificios nuevos sean de cero emisiones a partir de 2028, con la fecha límite de 2026 para los ocupados, operados o propiedad de las autoridades públicas.
Además, todos los edificios nuevos deben estar equipados con tecnologías solares para 2028, cuando sea técnicamente adecuado y económicamente factible, mientras que el plazo para los residenciales en proceso de renovación importante se amplía a 2032.
Con ello, el Pleno de la Eurocámara adoptó su posición sobre la revisión de la Directiva de eficiencia energética de los edificios, que fue respaldada con 343 votos a favor, 216 en contra y 78 abstenciones. Los eurodiputados negociarán desde ahora con el Consejo Europeo para acordar el texto definitivo de esa norma.
El objetivo de esa Directiva es reducir sustancialmente las emisiones de gases de efecto invernadero y el consumo de energía en el sector de la construcción de la UE para 2030, y hacerlo climáticamente neutral para 2050, así como aumentar la tasa de renovaciones de energía ineficiente en edificios y mejorar el intercambio de información sobre rendimiento energético.
Según la Comisión Europea, los edificios de la UE son responsables de un 40% del consumo de energía y de un 36% de las emisiones de gases de efecto invernadero.
“El aumento de los precios de la energía ha puesto el foco en la eficiencia energética y las medidas de ahorro de energía. Mejorar el rendimiento de los edificios europeos reducirá las facturas y nuestra dependencia de las importaciones de energía. Queremos que la directiva reduzca la pobreza energética y reduzca las emisiones, y proporcione mejores ambientes interiores para la salud de las personas”, indicó Ciarán Cuffe, ponente en el Parlamento Europeo de la Directiva de Eficiencia Energética de los Edificios.
Cuffe añadió: “Esta es una estrategia de crecimiento para Europa que generará cientos de miles de empleos locales de buena calidad en las industrias de la construcción, la renovación y las energías renovables, al tiempo que mejorará el bienestar de millones de personas que viven en Europa”.
MÁS NORMAS
Los edificios residenciales tendrían que alcanzar, como mínimo, la clase de rendimiento energético E para 2030 y D para 2033, en una escala que va de la A a la G. Esta última correspondiente a un 15% de los edificios con peor rendimiento de cada país de la UE. Los edificios públicos y no residenciales tendrían que alcanzar las mismas calificaciones para 2027 y 2030, respectivamente.
La mejora en el rendimiento energético -con trabajos de aislamiento o mejora en el sistema de calefacción- tendría lugar cuando se vende un edificio o se somete a una renovación importante o, si se alquila, cuando se firma un nuevo contrato.
Según el Parlamento Europeo, estos planes nacionales de renovación deben incluir planes de apoyo para facilitar el acceso a subvenciones y financiación. Los países deben establecer puntos de información gratuitos y esquemas de renovación con coste neutral.
Las medidas financieras deberían proporcionar una prima importante para las renovaciones profundas, especialmente de los edificios con peor rendimiento, y las subvenciones y subsidios específicos tendrían que estar disponibles para los hogares vulnerables.
EXCEPCIONES
Los monumentos quedarían fuera de las nuevas normas, mientras que los países de la UE pueden excluir también los edificios protegidos por su especial valor arquitectónico o histórico, los edificios técnicos, los edificios utilizados temporalmente, las iglesias y los lugares de culto.
Los Estados miembro de la UE también pueden excluir las viviendas sociales públicas, donde las renovaciones darían lugar a aumentos de alquiler que no pueden compensarse con ahorros en las facturas de energía.
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