MADRID, 15 (SERVIMEDIA)
La Comunidad de Madrid forma a casi un centenar de jóvenes para ser toreros a través de la Escuela Taurina José Cubero Yiyo. Según el Gobierno madrileño en 2023, este centro, ubicado en la Venta del Batán de la capital, alcanzó con 300 el récord de actuaciones para sus alumnos, cifra que se espera aumentar a 400 este año.
Gestionada por el Centro de Asuntos Taurinos de la Consejería de Medio Ambiente, Agricultura e Interior y Plaza 1 (empresa gestora de Las Ventas), de ella salen cada temporada nuevos nombres que destacan en la profesión como matadores de toros, novilleros o becerristas.
Este es el caso de Roberto Martín ‘Jarocho’, de 19 años, que cortó dos orejas en Las Ventas el pasado 21 de mayo, día de su debut, convirtiéndose en el triunfador de San Isidro en el capítulo novilleril, siendo además el triunfador del Circuito de Novilladas regional que ha recorrido este año nueve municipios de menos de 20.000 habitantes de la región, y que concluyó el 13 de julio en Valdetorres de Jarama. Jarocho tomará la alternativa el próximo 29 de agosto en Palencia. Antes de convertirse en matador de toros se despedirá del escalafón de novilleros el día 25 en Collado Mediano.
Junto a la Escuela José Cubero Yiyo, existen en la Comunidad de Madrid otros cinco espacios dedicados a la enseñanza de este arte. Son la Fundación El Juli de Arganda del Rey y las de Colmenar Viejo, Navas del Rey, Anchuelo y Galapagar.
La escuela de la capital rinde homenaje a José Cubero ‘Yiyo’, alumno aventajado de la escuela que hubo en la ciudad hace décadas y que fue considerado uno de los ‘príncipes del toreo’. Yiyo murió tras resultar cogido en la plaza de toros de Colmenar Viejo el 30 de agosto de 1985.
Según la información de la Comunidad de Madrid, cada una de ellas cuenta con un profesorado específico de expertos en la materia para poder inculcar los conocimientos y valores de esta profesión. Para ello, se imparten clases teóricas y prácticas en materias y disciplinas como la gimnasia deportiva, historia del toreo o genealogía de las ganaderías y encastes, que se completan con salidas a las dehesas para conocer al toro bravo en su entorno.
Asimismo, la afición a la tauromaquia ha arrojado un récord en la pasada Feria de San Isidro, con una media de 21.000 espectadores.
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