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La embolización alivia el dolor en el 50% de las mujeres con síndrome de congestión pélvica, según SERVEI

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MADRID, 6 (EUROPA PRESS)

La embolización elimina el dolor en una de cada dos mujeres con síndrome de congestión pélvica y lo reduce considerablemente en el 90 por ciento de los casos, según el doctor Alberto Alonso Burgos, miembro de la Sociedad Española de Radiología Vascular e Intervencionista (SERVEI) y radiólogo vascular e intervencionista de la Clínica Universidad de Navarra de Madrid.

Las varices pélvicas son dilataciones de la red venosa de la zona del útero que aparecen con frecuencia en mujeres que han sido madres. Estas varices, debido al aumento de presión que generan, pueden conducir a la aparición de otras nuevas en zonas inferiores como, por ejemplo, la región genital y las piernas.

“Aunque hasta un 70 por ciento de las mujeres con partos previos pueden tener varices pélvicas, esto no significa que todas ellas necesiten ser tratadas. El síndrome de congestión pélvica o la Enfermedad Venosa Pélvica, como ahora se denomina, se trata de un problema común, pero de difícil diagnóstico, ya que no se detecta con los métodos habituales que se utilizan cuando una mujer acude a consulta con dolor abdominal crónico”, ha explicado el experto.

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Además de por la presencia de varices en la zona pélvica, el síndrome de congestión pélvica se caracteriza por la aparición de una serie de síntomas, entre ellos la sensación de pesadez y dolor en la zona abdominal o en las piernas, que empeora al estar de pie durante periodos prolongados.

“Es un dolor que recuerda al dolor menstrual pero que aparece fuera del ciclo y tiene carácter crónico; y que, además, aumenta al estar de pie. En algunos casos se produce también dolor en las piernas en los días previos a la menstruación o la ovulación o dolor al mantener relaciones sexuales (dispareunia)”, ha enumerado Burgos.

Estos síntomas pueden hacer confundir este síndrome con otros procesos ginecológicos, especialmente con la endometriosis. La muestra es que, según estimaciones, un 40 por ciento de las pacientes con dolor pélvico crónico se quedan sin diagnosticar.

“Muchas de estas mujeres van pasando de especialista en especialista por lo difuso de sus síntomas y no son bien orientadas porque esta enfermedad es ahora cuando empezamos a entenderla y a considerarla”, ha argumentado el portavoz de la SERVEI.

Aunque no se trate de una enfermedad que comprometa la vida de las pacientes, su diagnóstico precoz es fundamental para reducir la frustración que experimentan al ver cómo pasan los años sufriendo dolor crónico sin tener un diagnóstico y, por tanto, la posibilidad de un tratamiento.

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EMBOLIZACIÓN: UNA INTERVENCIÓN AMBULATORIA QUE MEJORA TODOS LOS SÍNTOMAS

Para el diagnóstico del síndrome de congestión pélvica es necesario realizar una ecografía doppler abdominal o transvaginal que ofrecerá una primera confirmación y valoración de las varices a nivel pélvico.

A continuación, lo más frecuente es realizar una resonancia magnética para valorar de manera más específica la red venosa de la zona pélvica y, sobre todo, otras alteraciones asociadas a nivel abdominal.

El diagnóstico definitivo, no obstante, como apunta el doctor Alberto Alonso Burgos, se obtiene con la realización de una flebografía pélvica, que consiste en la introducción, a través de una vena (normalmente de la pierna o del brazo), de un pequeño catéter con el que se consigue llegar a las varices pélvicas y, mediante la inyección de contraste, examinar directamente la zona afectada.

El tratamiento de elección es la embolización de las varices pélvicas, que, como señala el doctor Alonso, puede llevarse a cabo en el mismo procedimiento que la flebografía, lo que conlleva una gran ventaja para la paciente.

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“El objetivo del tratamiento es cerrar el flujo de sangre venosa que llega a estas varices dilatadas y redirigirlo a venas sanas. Es una intervención que puede realizarse de forma ambulatoria con anestesia local, que dura apenas una hora y en la cual se utilizan distintos materiales (denominados agentes embolizantes) para conseguir cerrar toda la red venosa afectada en una única sesión”, ha detallado.

Según el experto, la evidencia demuestra la “gran tasa de éxito” de esta intervención realizada por los radiólogos vasculares e intervencionistas. Según los datos actuales, la embolización logra disminuir considerablemente el dolor en el 90 por ciento de las mujeres y elimina el dolor por completo en un 50 por ciento de los casos.

“En general se trata de una intervención con escaso riesgo para la paciente y que repercute de forma muy beneficiosa en su calidad de vida. Además, es una técnica que se puede repetir sin problema si la mujer vuelve a quedarse embarazada y reaparecen las varices pélvicas”, ha concluido el doctor.


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