MADRID, 4 (EUROPA PRESS)
El progreso tecnológico de las pruebas de imagen médica está suponiendo un gran avance para afinar en la prevención y tratamiento de la patología arteriosclerótica mejorando la eficacia en la prevención de infartos e ictus isquémicos, según asegura el especialista en Medicina Interna y coordinador de los chequeos cardiovasculares en la Clínica Universidad de Navarra, el doctor Juan Pastrana.
Las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la primera causa de muerte en el mundo y se mantienen las primeras en las estadísticas epidemiológicas representando más del 30 por ciento de los fallecimientos anuales. Su desencadenante principal es la arterioesclerosis, un proceso inflamatorio de la pared de las arterias caracterizado por el desarrollo de placas que se pueden romper provocando trombos que derivan en infartos agudos de miocardio o en ictus cerebrales.
En 2019, la Clínica Universidad de Navarra puso en marcha el chequeo cardiovascular ICAP (Integrated Casrdiovascular Assesment Program) con el objetivo de mejorar la prevención de las patologías cardiovasculares.
A la espera de analizar todos los resultados estadísticos de los pacientes que ya se han beneficiado de este estudio, cuyos datos permitan ahondar en el conocimiento científico del diagnóstico y tratamiento de la aterosclerosis, el doctor Pastrana considera que su experiencia clínica avala que las pruebas de imagen coronaria -angio-TAC, coronariografía por TAC y PET-FDG- empleadas en este chequeo mejoran la eficacia en la prevención de infartos o ictus isquémicos con más precisión que las tradicionales ecografías y pruebas de esfuerzo cardiológicas.
El angio-TAC “aporta una imagen anatómica completa, rápida, precisa y comparable evolutivamente de las principales arterias del organismo: aorta, carótidas, arterias renales y las arterias ilíacas y femorales”, explica el especialista.
La coronariografía por TAC “permite la valoración no invasiva de arterias coronarias mediante reconstrucción por tomografía computerizada”, y el PET-FDG (Tomografía por Emisión de Positrones) “ayuda a evaluar la inflamación de las placas de ateroma, así como la variación de la actividad inflamatoria tras el tratamiento. Además, sirve para detectar algunos tumores ocultos”, añade el doctor. El chequeo incluye un segundo PET de revisión al año de la primera prueba.
“La novedosa combinación de angio-TAC, coronariografía por TAC y PET- FDG permite la valoración no invasiva de las grandes arterias y de las coronarias, así como la estimación del grado de inflamación de las placas ateroescleróticas y, en consecuencia, de su riesgo de producir complicaciones”, asevera.
El chequeo cardiovascular ICAP busca adelantarse a las manifestaciones clínicas de la aterosclerosis. Este estudio generalmente dirigido a personas de más de 50 años, se indica particularmente para pacientes con factores de riesgo cardiovascular: antecedentes familiares de ictus o infarto, diabetes, hipertensión, obesidad, hipercolesterolemia, tabaquismo o estrés crónico.
El programa ICAP supone un abordaje novedoso del riesgo cardiovascular que consiste en una evaluación completa y personalizada de la situación coronaria y arterial del paciente mediante valoración general por internistas y cardiólogos, analítica completa, electrocardiograma, unas técnicas diagnósticas de vanguardia y un equipo multidisciplinar especializado con una experiencia de más de 240 chequeos realizados desde su puesta en marcha.
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