MADRID, 2 (EUROPA PRESS)
Coni La Grotteria, directora pedagógica de una escuela en Valencia y profesora del Grado de Educación Infantil en la Universidad Internacional de Valencia, ha publicado un decálogo para educar en la paz y el respeto mutuo.
La educadora invita a reflexionar “sobre el papel de los centros educativos como espacios para construir puentes de diálogo, respeto y convivencia pacífica”.
La formadora de futuros docentes anima a familias, educadores y alumnado a asumir el compromiso de vivir y promover una auténtica cultura de paz en su día a día. “La paz no se limita a la ausencia de conflictos, sino que se convierte en un reto y una oportunidad constante para desarrollar habilidades, enseñar y practicar el diálogo, el respeto y la empatía”, asevera.
“Solo así podremos construir, juntos, sociedades más justas, críticas y solidarias. Desde mi experiencia en el ámbito educativo y como defensora de la educación inclusiva, he creado un decálogo para educar en la paz y el respeto mutuo. Estas pautas están diseñadas para ser aplicadas tanto en casa como en el aula, porque la construcción de una sociedad basada en la paz comienza con los pequeños gestos cotidianos”, agrega Coni La Grotteria.
El decálogo para educar en la paz insta a los adultos a ser un modelo positivo, ya que son “el espejo en el que la infancia y la juventud se miran, aprenden de lo que viven y experimentan”: “Es fundamental revisar cómo nos dirigimos a ellos, ofreciendo oportunidades de diálogo, mostrando una escucha activa y validando sus problemas e inquietudes, sin minimizarlos por su edad”.
También hace hincapié en que las emociones “son el lenguaje del corazón”. “Validar lo que sienten no solo refuerza su autoestima, sino que les transmite seguridad y confianza. Acompáñalos en sus momentos de alegría y dificultad, haciéndoles sentir que no están solos”, apunta.
La educadora defiende que hay que promover la paciencia y el respeto y avisa de que el lenguaje no verbal “comunica tanto como las palabras”, por lo que apuesta por “mantener una actitud calmada y respetuosa en situaciones tensas enseña a los niños y niñas a resolver conflictos sin recurrir a la violencia verbal o física”.
Otro de sus consejos es utilizar un lenguaje inclusivo y respetuoso. Erradicar palabras y expresiones que perpetúan prejuicios o estereotipos es para la experta clave para educar en el respeto. “Enseñemos a los niños y niñas a vivir en libertad sin muros, ni sesgos”, puntualiza.
El decálogo recoge que las tareas del hogar o las actividades grupales “no deben asignarse según roles de género, sino compartirse equitativamente” y subraya que la empatía se cultiva cuando se reconocen los errores, se pide perdón y se trata de entender el punto de vista del otro. “Como adultos, tenemos la responsabilidad de modelar estas actitudes para que los niños y niñas las integren”, comenta la educadora al respecto.
La publicación anima igualmente a fomentar el tiempo de calidad, apartando las pantallas y dedicando momentos exclusivos a comportar, conversar y crecer juntos en familia, así como a promover la reflexión y el pensamiento crítico o construir una convivencia sana, evitando el autoritarismo y la violencia en cualquiera de sus formas.
Por último, el decálogo aconseja fomentar la responsabilidad social. En este sentido, explica que la paz también se construye con acciones solidarias y recomienda la participación en proyectos comunitarios: “Ayudar a quienes lo necesitan y tomar conciencia de las injusticias del mundo educa en valores de respeto y compromiso social”.
“La educación para la paz no es solo una tarea escolar, es una forma de vivir. A través de pequeños gestos diarios, como las palabras que elegimos o la paciencia que mostramos, podemos sembrar semillas de respeto, empatía y justicia en los corazones de las nuevas generaciones. Al hacerlo, estamos creando un mundo más digno, equitativo y humano”, concluye la experta.
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