MADRID, 17 (SERVIMEDIA)
Extender la educación más allá de la etapa obligatoria contribuye a acceder a empleos mejor remunerados. La inversión en educación también tiene rentabilidad en términos de bienestar de los trabajadores en su puesto de trabajo.
Así lo recogen varios autores en la décima edición del informe ‘Indicadores comentados sobre el estado del sistema educativo español’, actualizado a 2024, presentado por las fundaciones Ramón Areces y Sociedad y Educación.
En el informe, Aitor Lacuesta, del Banco de España, estudia la ‘Estimación del rendimiento de la educación’, lo que considera “un pilar en la teoría del capital humano”. “A pesar de la importancia de conocer este rendimiento, su estimación para el caso español es compleja debido a la dificultad de encontrar información de ingresos adecuada”, admitió. Para realizar su análisis, usó las bases medias de cotización de la Seguridad Social y la Encuesta Financiera de las Familias, pero echó en falta más información cruzada entre ingresos y nivel de estudios.
Pese a todo, su trabajo le permite concluir que “se estima una rentabilidad de la educación postobligatoria muy elevada”. Para su cálculo, utilizó la tasa interna de rentabilidad (TIR) que se define como aquella que iguala el valor presente de las ganancias con los costes de oportunidad de formarse. “La rentabilidad del Bachillerato y la FP respecto a la ESO es del 17% para hombres y del 18% para mujeres” dato que apunta “a un rendimiento de la educación postobligatoria elevado respecto a la educación básica”, añadió.
Por otro lado, poseer estudios universitarios genera un retorno del 22% para hombres y del 29% para las mujeres respecto a un título de Bachillerato o de FP.
SATISFACCIÓN
Sobre este mismo tema investigaron para el informe Cristina Pita Yáñez y Ramón Torregrosa Montaner, de la Universidad de Salamanca, quienes titularon su comentario ‘Educación y satisfacción laboral en España’.
“Igual que ocurre a nivel europeo, la relación creciente entre la satisfacción con el puesto de trabajo y el nivel de formación se cumple en el sector privado, pero no se cumple en el sector público”, explican. Y concluyeron que “al margen del peculiar resultado en el sector público en España y en Europa, en términos generales, podemos afirmar que la inversión en educación es rentable no solamente en términos monetarios sino en términos de la satisfacción y el bienestar de los trabajadores en su puesto de trabajo”.
Por su parte, Rafael Doménech, de BBVA Research y Universitat de Valencia, ha firmado con Ángel de la Fuente, de Fedea y CSIC, un comentario sobre el ‘Gasto en educación, capital humano y bienestar social’. En su análisis recordaron cómo desde hace décadas se ha acumulado una abundante evidencia sobre “la importancia que la educación y el capital humano tienen sobre el crecimiento económico y el bienestar social”. Valoraron que “los resultados educativos dependen más de cómo se gasta que de cuánto se gasta”.
Asimismo, añadieron que “la evidencia internacional demuestra que países con niveles similares de gasto pueden lograr resultados educativos muy diferentes, lo que subraya la importancia de considerar una variedad de factores en la mejora de la calidad educativa”.
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