MADRID, 27 (SERVIMEDIA)
Las cotorras argentinas se comunican con dialectos en diversas zonas de Europa, según un estudio llevado a cabo en las ciudades de Bélgica (Bruselas), España (Barcelona y Madrid), Grecia (Atenas) e Italia (Bérgamo y Legnago, Pavía y Verona).
Ese estudio, publicado en la revista ‘Behavioral Ecology’, es el primero en documentar las diferencias dialectales de la cotorra argentina en su área de distribución europea.
“Al igual que los humanos, las cotorras argentinas en Europa tienen formas únicas de comunicarse según el lugar donde viven”, según Stephen Tyndel, doctorando en el Instituto Max Planck de Comportamiento Animal (Alemania) y autor principal de la investigación.
Europa no tiene ninguna especie de loro nativa. Sin embargo, varias especies, incluida la cotorra monje, han establecido poblaciones después de que algunos individuos escaparon del comercio de mascotas.
Originarias de América del Sur, estas aves vien ahora en grandes cantidades en varios países de Europa. Como todos los loros, las cotorras argentinas tienen un repertorio vocal excepcionalmente flexible y pueden imitar y aprender nuevos sonidos a lo largo de su vida.
“Las cotorras argentinas son el tubo de ensayo perfecto para estudiar cómo evoluciona la comunicación compleja en una especie distinta a la nuestra”, indica Tyndel.
Para averiguar si estas aves desarrollaron dialectos (es decir, llamadas que difieren según el lugar donde viven los individuos) en Europa, los investigadores registraron individuos en ocho ciudades europeas.
Un novedoso método estadístico permitió probar si sus llamadas eran diferentes de una ciudad a otra, y también si diferían entre los parques dentro de la misma ciudad. “Queríamos saber no solo si existen diferentes dialectos, sino también en qué escala geográfica se encuentran”, indica Tyndel.
DIALECTOS ESPECÍFICOS
Los autores descubrieron que las cotorras argentinas tienen diferentes dialectos en cada ciudad. En Bruselas, por ejemplo, cuentan con llamadas de contacto particularmente diferentes a las de otras ciudades, según Simeon Smeele, científico afiliado al Instituto Max Planck de Comportamiento Animal y al Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva.
En su mayor parte, los dialectos diferían en la estructura de modulación de frecuencia dentro de cada llamada, “lo cual es muy difícil de escuchar para los humanos”, indica Smeele.
Cuando los científicos buscaron dialectos dentro de los parques de cada ciudad, no encontraron diferencias. “En conjunto, esto sugiere que los dialectos de las cotorras se separaron temprano cuando las aves invadieron las ciudades europeas, pero luego no cambiaron significativamente durante este periodo”, apunta Tyndel.
Los resultados sugieren que, según Tyundel, “los dialectos surgieron a través de un proceso pasivo (los pájaros que copian a otros cometen pequeños errores y, por lo tanto, las ciudades lentamente se vuelven diferentes entre sí) o que eran diferentes desde el principio, y que estas diferencias se mantuvieron a lo largo del tiempo”.
Los investigadores no descartan que los dialectos también puedan formarse por un proceso activo que podría ayudar a las aves con la comunicación social, como el reconocimiento de compañeros de grupo.
En los parques, las cotorras argentinas viven en nidos muy agrupados. Los investigadores creen que podría haber diferencias vocales en estas unidades sociales más pequeñas.
“Creemos que los dialectos podrían usarse para comunicar quién forma parte de qué grupo de nidos, como una contraseña”, recalca Smeele.
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