MADRID, 12 (EUROPA PRESS)
La coordinadora para Líbano de Naciones Unidas, Joanna Wronecka, ha instado este lunes a las partes a que trabajen de forma conjunta para la elección de un nuevo presidente en el marco de la absoluta parálisis política que domina el país, con un gobierno dimitido desde mayo y fragmentado por las luchas internas.
En una reunión con el primer ministro interino Nayib Mikati, que ha tildado de “constructiva”, Wronecka le ha trasladado la necesidad de elegir un nuevo presidente “sin más demora”, así como de formar un gobierno “completamente funcional e implementar reformas para llevar a Líbano hacia el camino de la recuperación”.
Wronecka, que ha informado de este encuentro en su perfil oficial de Twitter, también se ha reunido con Mohamed Raad, un diputado de Hezbolá, a quien le ha transmitido “los graves riesgos de un estancamiento político en Líbano”.
Los diputados libaneses fracasaron el jueves, por novena vez en menos de mes y medio, en la votación en el Parlamento para elegir al sucesor de Michel Aoun al frente de la Presidencia del país. En la primera vuelta, el presidente debe ser elegido con 86 votos, mientras que en las sucesivas se requiere una mayoría absoluta de 65 votos.
Los miembros del Movimiento Patriótico Libre de Aoun y el tándem chií Amal-Hezbolá votaron en blanco para luego retirarse de sesión tras la primera vuelta de la votación, con la consiguiente pérdida del quórum necesario para seguir adelante con una nueva ronda.
Las elecciones, consideradas clave para el futuro del país, consagraron a dos grandes triunfadores: las Fuerzas Libanesas, que se convirtió en el primer partido cristiano en la Asamblea con 19 diputados, y los movimientos de protesta contra la crisis. Por contra, el partido milicia chií Hezbolá y sus aliados, incluido el Movimiento Patriótico Libre de Aoun, perdieron la mayoría en el Parlamento.
Aoun fue elegido presidente en 2016 después de casi medio centenar de sesiones parlamentarias que se prolongaron durante dos años y medio. Tras su salida, dejó un vacío de poder que se prolonga de forma indefinida ante la incapacidad de las fuerzas políticas para acordar un sucesor.
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