La consultora asegura que los directivos tienen un “papel fundamental” para que las empresas superen las barreras culturales
MADRID, 6 (EUROPA PRESS)
La contratación de personas pertenecientes a minorías etnoculturales podría suplir lagunas de talento, estimular el crecimiento empresarial, aumentar la capacitación económica de estos grupos y generar beneficios para la economía y la sociedad en general hasta el punto que podría suponer un aporte adicional de 120.000 millones al año al Producto Interior Bruto (PIB) de la UE, lo que supone un aumento del 4% respecto a la cifra de 2022.
Así se desprende del informe ‘Minorías etnoculturales: la triple ganancia’ elaborado por la consultora McKinsey & Company, que detalla que de este total aproximadamente 50.000 millones de euros corresponderían a beneficios empresariales y el resto, a salarios.
Si se alcanzaran estas cifras, apunta McKinsey, las organizaciones cubrirían aproximadamente una cuarta parte de los puestos de trabajo vacantes en Europa en todos los niveles de cualificación profesional dando empleo a 1,6 millones de personas más.
“La inclusión económica de las comunidades de minorías etnoculturales podría constituir una nueva palanca de crecimiento sostenible e integrador, y una fuente de talento en Europa y España”, afirma el socio senior de McKinsey & Company, Tomás Calleja, quien en la misma línea que el análisis, señala que “incorporar este tipo de diversidad en las empresas europeas podría generar una contribución de casi 120 miles de millones de euros anuales al PIB en la Europa de los 27”.
“Además, podría ayudar a resolver el problema de la escasez de talento; no olvidemos que la tasa de vacantes de empleo en la Unión Europea ha aumentado aproximadamente un 70% con falta de mano de obra particularmente en ocupaciones relacionadas con el desarrollo de software, la atención médica, el trabajo social, la construcción y la ingeniería”, remarca.
En el mismo sentido, la directora general de la Fundación Seres, Ana Sainz, señala que “un entorno donde el 80% de las empresas tiene dificultades para encontrar talento, fuentes con enorme potencial como las minorías etnoculturales aún no han sido completamente integradas en las agendas corporativas”.
Por ese motivo, considera “indispensable impulsar una transformación cultural que conduzca hacia una empresa más inclusiva”. “La experiencia nos dice que las empresas más diversas son organizaciones más eficientes, más completas, en definitiva, de mayor excelencia y más alineadas con los objetivos de sus grupos de interés”, indica.
UN TRIPLE TRIUNFO EN POTENCIA
El informe de McKinsey and Company señala que “Europa es líder mundial en resultados de inclusión”, pero tiene “margen para ir más lejos en la búsqueda del crecimiento extendiendo los beneficios de la inclusión a todas las comunidades”, lo que incluye “reforzar la inclusión económica de las comunidades minoritarias etnoculturales como fuente de talento para lograr un crecimiento integrador”.
“Un aumento de la participación en la actividad económica de personas pertenecientes a las minorías etnoculturales brindaría tres tipos de beneficios a las empresas, la sociedad y a las propias comunidades: hacer frente a la escasez de talento, estimular el crecimiento económico de las empresas y países, y aumentar los ingresos de los hogares garantizando una mejora de la cohesión social”, asevera Calleja.
UNA OPORTUNIDAD ANTE LA FALTA DE MANO DE OBRA
Por otra parte, el análisis indica que las empresas europeas se enfrentan a un “importante déficit de trabajadores cualificados” hasta el punto que la tasa de vacantes de empleo en la UE ha aumentado aproximadamente un 70% con escasez de mano de obra.
Además, los líderes empresariales predicen que la escasez de mano de obra seguirá siendo “uno de los tres principales obstáculos al crecimiento empresarial, lo que enmarca la oportunidad de una mayor inclusión de los Empleados de Minorías Etnoculturales (EME) en el lugar de trabajo.
Otro reto para liberar el potencial económico de las minorías etnoculturales se deriva de la idea “errónea” de que carecen de las cualificaciones necesarias para ser candidatos cualificados. Sin embargo, los datos obtenidos por McKinsey “sugieren lo contrario y presentan un panorama más matizado”.
Por otra parte, en comparación con los empleados no pertenecientes a minorías, las EME tienen hasta tres veces más probabilidades de desempeñar trabajos poco cualificados y hasta dos veces y media más probabilidades de estar sobrecualificadas para su función actual.
MEJORAR SU PARTICIPACIÓN EN LA POBLACIÓN ACTIVA
“Como consecuencia probable de sus peores resultados en el mercado laboral, las minorías etnoculturales obtienen resultados notablemente peores en términos de renta y pobreza en comparación con los individuos no pertenecientes a minorías”, señala el informe, que dice que en los seis países analizados, las minorías etnoculturales perciben salarios más bajos.
A juicio de la consultora, “mejorar la participación en la población activa y los resultados laborales de las minorías etnoculturales no sólo aumentaría los ingresos de los hogares, sino que también ayudaría a las empresas a hacer frente a las carencias de talento y estimularía su crecimiento”. Al mismo tiempo, aportaría beneficios socioeconómicos, como el crecimiento económico y una mayor cohesión social.
Por otra parte, una encuesta realizada a casi 4.000 empleados de empresas que cotizan en bolsa de cinco países, de los que aproximadamente 1.700 se identificaron como EME, revela que el panorama general para las EME es “difícil”, ya que muchas señalan obstáculos para conseguir un empleo, progresar y sentirse incluidas.
INCORPORACIÓN DE LAS MINORÍAS EN LAS EMPRESAS
Tras entrevistar a altos directivos y realizar un análisis de las 30 de las mayores empresas de cada uno de los cinco países estudiados, McKinsey determinó que tanto los equipos ejecutivos como los consejos de supervisión tienden a tener menos personas de diversas regiones de origen que en la población, aunque algo menos en el caso de los consejos.
Según explica Calleja, para medir el progreso de la incorporación de minorías etnoculturales McKinsey considera cinco dimensiones que van desde el desarrollo de una estrategia de diversidad que incluya las comunidades étnicamente minoritarias, la publicación por parte de las empresas de sus datos de diversidad etnocultural, las iniciativas de inclusión, la mejora de la gobernanza y el compromiso externo.
“A nivel europeo, vemos que cuatro de cada diez empresas (45%) publica datos sobre representación por nacionalidad en sus informes de diversidad, un 10% de empresas cuentan con iniciativas en este sentido y una creciente parte de empresas empieza a compartir las mejores prácticas dentro o fuera de su sector. Falta aún camino por recorrer, pero las empresas ya están actuando”, ha indicado.
La investigación de la consultora “pone de relieve que el aumento del compromiso y la participación podría ayudar a las empresas a liberar el potencial de los empleados pertenecientes a minorías etnoculturales dentro de la mano de obra europea”.
Según McKinsey, “existen razones empresariales de peso para hacerlo”, ya que podría reportar beneficios significativos a las empresas, a las EME y a sus familias, así como a las economías europeas en general, a través de una mayor inclusión económica y cohesión social: un triple beneficio para el crecimiento inclusivo.
Además, sostiene que los directivos de las empresas tienen un “papel fundamental” a la hora de hacer suya esta agenda y movilizar a sus empresas para superar las barreras culturales y prácticas que impiden cumplirla.
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