MADRID, 20 (EUROPA PRESS)
Un estudio del Departamento de Urología de la Clínica Universidad de Navarra (CUN) ha demostrado que el almacenamiento del riñón entre el proceso de donación y trasplante utilizando las máquinas de perfusión pulsátil mejora las condiciones del trasplante renal, así como los resultados en los pacientes.
Tal y como ha explicado la Clínica este lunes en un comunicado, la perfusión pulsátil es un dispositivo que simula la circulación sanguínea mediante bombeo, mantiene la temperatura del riñón entre dos y ocho grados y permite la eliminación de la sangre residual irrigando constantemente el órgano, siendo capaz de preservar el injerto durante más tiempo.
De forma tradicional, la conservación del órgano desde su extracción hasta su trasplante se ha hecho a través del método de frío estático, que consiste en colocar el riñón en un contenedor estéril sumergido en una solución de preservación específica y rodeado de hielo para mantener una temperatura estable.
Sin embargo, el estudio realizado en la Clínica Universidad de Navarra ha revelado que el uso de máquinas de perfusión pulsátil disminuye la función renal retrasada, una situación que se produce cuando el injerto no funciona de manera adecuada después del trasplante.
Además, los pacientes trasplantados con un órgano conservado en estas condiciones están dos días menos ingresados y muestran mejores resultados en sus analíticas en el momento del alta, en comparación con aquellos cuyo órgano ha sido almacenado de la forma tradicional, en frío.
Para la investigación, ha contado con 28 pacientes que fueron distribuidos en dos grupos: el primero ha estado formado por 14 participantes que recibieron injertos preservados gracias a la perfusión pulsátil de máquina, y los otros 14, mediante el tradicional almacenamiento en frío.
“Nuestra experiencia en la Clínica utilizando este dispositivo nos permite afirmar que las condiciones del injerto son mejores y están asociadas a una menor necesidad de diálisis después de la intervención. Por ello, el paciente reduce su estancia en el hospital y aumenta la calidad del órgano”, ha señalado el subdirector del Departamento de Urología de la CUN, Daniel Sánchez Zalabardo.
El especialista ha señalado que, pese a los gastos requeridos para adquirir las máquinas de perfusión pulsátil, el “coste-beneficio es favorable” teniendo en cuenta que se reduce el riesgo de función renal retrasada y, con ello, la necesidad de los pacientes de someterse a nuevas sesiones de diálisis.
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