MADRID, 02 (SERVIMEDIA)
La Comunidad de Madrid ha iniciado un nuevo ensayo donde analizará once variedades nacionales de tomate -bandolero, bobcat, minadoro, carbonero, covadonga, irati, macizo, magneto, marmande, negro de crimea y óptima- para determinar su capacidad de adaptación a las huertas de las Vegas del Tajo y Jarama.
Según informó este lunes el Ejecutivo madrileño, el objetivo de esta iniciativa es orientar a los agricultores hacia la obtención de productos de calidad que les ofrezcan altos rendimientos y adaptados a las exigencias del mercado.
El estudio, realizado por el Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (Imidra), evaluará sus propiedades agronómicas -relativas al suelo- y organolépticas -sabor, textura, olor, color-. Para ello, se examinará la combinación de características como la productividad, distribución a lo largo de la campaña, tipo de fruto, calibre y calidad, que permitan a los hortelanos madrileños optar por las alternativas más adecuadas a sus intereses productivos.
Esta nueva investigación arranca como continuación de la que el Imidra desarrolló el año pasado, en la que se valoró la producción y calidad de 14 variedades de tomate para su consumo en fresco, todas ellas cultivadas al aire libre en Aranjuez.
Asimismo, y con anterioridad, se analizaron 33 accesiones de este alimento autóctono: acidez, presencia de vitaminas, dureza de la piel, color o la forma de esta hortaliza fueron sometidos a un detallado estudio con el objeto de hallar aromas, texturas y sabores.
Las conclusiones determinaron que el tomate madrileño es primordialmente rojo, siendo el 55% de sus variedades con forma achatada, el 40% redondeada y un 5% de pera. Además, la mayoría son de texturas más blandas que las que se comercializan.
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