MADRID, 30 (EUROPA PRESS)
El ministro de Finanzas de Noruega, Trygve Slagsvold Vedum, y líder del Partido del Centro ha anunciado este jueves que abandona la coalición gobernante liderada por el primer ministro, el laborista Jonas Gahr Store, por discrepancias con la adopción de tres directivas energéticas de la Unión Europea.
“Desafortunadamente, lo que hemos puesto sobre la mesa no ha sido suficiente para que el Partido del Centro permanezca en el Gobierno”, ha señalado Store en rueda de prensa, agregando que el Partido Laborista asumirá las carteras de su ya exsocio de coalición.
En total, ocho ministerios se verán afectados por la ruptura de la coalición bipartita, entre ellos Defensa y Justicia. La líder parlamentaria del Partido del Centro, Marit Arnstad, ha aceptado que Store siga siendo primer ministro, si bien ha afirmado que pedirán, desde la oposición, un cambio en las políticas energéticas.
La crisis de la coalición tiene su origen en la aprobación de tres directivas que forman parte del llamado cuarto paquete energético de la UE, que establece una serie de requisitos para aumentar la energía renovable y fomentar la construcción con energía limpia.
El Partido del Centro, de corte euroescéptico y agrario, se ha negado a aceptar el paquete, argumentando que las directivas dan al bloque comunitario demasiado control sobre la política energética nacional, según ha recogido la cadena de radiodifusión pública NRK.
“La ambición de la UE es que eventualmente tengamos un mercado eléctrico común en toda Europa. Esta es una buena idea para los países que históricamente han tenido precios de electricidad altos, pero una muy mala idea para Noruega, que históricamente ha tenido precios de electricidad más bajos”, ha argumentado Vedum.
El Gobierno del primer ministro seguirá gobernando en minoría pese al colapso de la coalición hasta la celebración de las elecciones parlamentarias el próximo 8 de septiembre. El Partido Laborista cuenta con 48 escaños de los 169 que tiene Parlamento.
El Espacio Económico Europeo (EEE) garantiza la participación de Noruega en el Mercado Único y constituye una piedra angular de las relaciones entre ambos actores. En virtud del acuerdo, Oslo tiene que adoptar una serie de políticas comunitarias en distintos sectores.
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