MADRID, 10 (SERVIMEDIA)
Los contribuyentes europeos podrían tener que hacer frente a una factura de 140.000 millones de euros por una cartera de proyectos de captura y almacenamiento de carbono (CCS, por sus siglas en inglés), una medida que respalda la Comisión Europea para que las emisiones de CO2 se reduzcan un 90% en 2040.
Así se recoge en un nuevo estudio del Instituto de Economía y Análisis Financiero de la Energía (IEEFA, en inglés), difundido este jueves.
El Ejecutivo comunitario planteó el pasado febrero que la UE sea capaz de almacenar geológicamente al menos 50 millones de toneladas de CO2 en 2030 y unos 280 millones de toneladas hasta 2040, con lo que abrió la puerta a las tecnologías de captura y almacenamiento de carbono.
Sin embargo, el IEEFA revela desafíos técnicos, comerciales y legislativos que afrentan los países europeos al apostar por estas tecnologías para reducir las emisiones y alcanzar el cero neto de emisiones en 2050, es decir, que para entonces las emisiones que se expulsen a la atmósfera sean compensadas por las que absorben sumideros naturales, como océanos y bosques.
Europa cuenta actualmente casi 200 proyectos potenciales para capturar y almacenar más de 150 millones de toneladas de CO2 equivalente. Según el IEEFA, su factura total ascenderá a unos 520.000 millones de euros, de los que 140.000 millones se necesitarán en forma de subvenciones.
“Confiar en la CCS como una solución climática obligará a los gobiernos europeos a introducir subsidios exorbitantes para apuntalar una tecnología que tiene un historial de fracasos”, apuntó Andrew Reid, analista de finanzas energéticas del IEEFA y autor del informe.
Más del 90% de las emisiones de estas instalaciones procederían de sectores donde la tecnología se encuentra en la fase de prototipo o demostración. Será necesario que unos 90 proyectos estén operativos para 2030 en la UE y Reino Unido con el fin de que ambos cumplan con sus objetivos de captura de carbono.
“Redoblar la apuesta por objetivos poco realistas corre el riesgo de dejar demasiado tarde para reducir las emisiones mediante medidas alternativas cuando se comprenda que la contribución de la CCS a la neutralidad de carbono probablemente fracasará. Los responsables políticos deberían empezar a trabajar urgentemente para poner en marcha soluciones más prácticas”, indicó Reid.
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