MADRID, 6 (EUROPA PRESS)
Científicos de la Universidad de California en San Diego (Estados Unidos) han descubierto que la calidad y la mezcla de colágeno en los tumores de adenocarcinoma ductal pancreático determinan si el pronóstico es malo o muy malo.
El adenocarcinoma ductal pancreático (PDAC) es la forma más común y letal de cáncer de páncreas. La supervivencia global a cinco años de los pacientes con PDAC es de sólo el 7,1 por ciento.
Todos los cánceres son diferentes. Una característica única del PDAC es la extensa desmoplasia tumoral o tejido conectivo fibroso dentro del tumor, que se debe a la infiltración de la masa tumoral por los fibroblastos y la matriz extracelular que segregan.
El principal componente de la matriz es el colágeno de tipo I o Col 1, una proteína ampliamente utilizada en el organismo para formar la estructura básica de los huesos, la piel, los vasos sanguíneos y los tejidos conectivos.
El efecto del Col 1 en el desarrollo del PDAC y su respuesta a la terapia ha sido objeto de un intenso debate entre los investigadores, ya que algunos sostienen que el Col 1 promueve el crecimiento y la propagación del tumor y otros sostienen que restringe el crecimiento del tumor y protege a las células cancerosas del ataque inmunológico.
En este nuevo estudio, publicado en la revista científica ‘Nature’, los investigadores resuelven el debate demostrando que lo importante no es la cantidad de Col 1 presente en el tumor, sino su calidad y naturaleza.
En concreto, informan de que el Col 1 escindido por las metaloproteasas de la matriz (enzimas que descomponen las proteínas de la matriz, como el colágeno) estimula el crecimiento del tumor, mientras que el Col 1 intacto y no escindido lo inhibe.
“Además, el Col 1 escindido activa una vía de señalización que estimula la producción de energía en las células del cáncer de páncreas al unirse a una proteína receptora llamada DDR1. El Col 1 no escindido inhibe esta vía al inducir la degradación de la DDR1”, explica Hua Su, una de las responsables del estudio.
La investigación se llevó a cabo utilizando modelos de ratones y un novedoso sistema de cultivo en el que las células del PDAC se colocaron en una matriz extracelular que contenía Col 1 escindido o no escindido.
Los autores afirman que los resultados tienen importantes implicaciones clínicas. Las cantidades relativas de Col 1 escindido y no escindido en el estroma o el tejido conectivo del PDAC humano afectan en gran medida a la supervivencia de los pacientes tras la resección quirúrgica.
Los pacientes cuyos tumores estaban enriquecidos en Col 1 escindido y cuyas células cancerosas expresaban altos niveles de DDR1 tuvieron una mala evolución, y la mayoría sucumbió a su enfermedad en los dos años siguientes a la cirugía.
Este grupo de pacientes representó el 75 por ciento de los 106 pacientes analizados como parte del estudio. En cambio, el 25 por ciento de los pacientes cuyos tumores contenían principalmente Col 1 no clareado con bajos niveles de expresión de DDR1 experimentaron perspectivas de supervivencia mucho mejores.
“Este trabajo es importante porque proporciona una forma sencilla de estratificar a los pacientes y sugiere que los pacientes con altos niveles de expresión de Col 1 escindido y DDR1 necesitan tratamientos postoperatorios más agresivos. También aporta pruebas de que la terapia más eficaz para este grupo de pacientes debería incluir inhibidores de DDR1 o componentes clave de su vía de señalización cuya activación provoca un aumento del número de mitocondrias, las centrales energéticas celulares, en las células del PDAC”, ha señalado otro de los autores, Michael Karin.
Además de los inhibidores de DDR1 que aún no están en la práctica clínica, los autores sugirieron otra opción de tratamiento, que ha demostrado ser eficaz en ratones portadores de PDAC, es el antibiótico tigeciclina, ya aprobado, que puede inhibir la síntesis de proteínas mitocondriales y disminuir el número de mitocondrias de PDAC productoras de energía.
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