Advierten de que el PIB per cápita está 17 puntos por debajo de la Eurozona y piden invertir en educación e I+D y más estabilidad jurídica
MADRID, 15 (EUROPA PRESS)
Fedea y el Consejo General de Economistas (CGE) han presentado este jueves un informe en el que advierten de que la brecha de productividad de España con la eurozona fue de casi 14 puntos en 2023, lo que ha provocado a su vez una fuerte caída del PIB per cápita, que se sitúa a 17 puntos por debajo de la media de la zona euro.
En términos de PIB por hora trabajada, España cuenta con una productividad “notablemente inferior” a la de la eurozona (53 dólares/hora frente a 61 dólares en 2022), y se está distanciando cada vez más de la media, siendo el crecimiento español del 2,5% desde 2015, por el 4,7% de la zona euro.
Entre los factores relacionados con este problema, Fedea y el CGE han señalado, entre otros, la “escasa y poco” competitiva inversión en activos intangibles (capital humano, tecnológico y social); los desajustes existentes entre la oferta y la demanda de trabajo; la elevada temporalidad del empleo, y las barreras a la financiación para las empresas pequeñas, especialmente para las tecnológicas.
El catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Valencia e investigador asociado de Fedea, Javier Ferri, ha explicado que España convergió en PIB per cápita con la eurozona hasta la crisis financiera, de forma que la brecha se redujo en 2007 al 5% cuando en 1995 era un 20%.
En los últimos 15 años, tras la crisis financiera y la del Covid, esta brecha de España con la eurozona se amplió a un 17%, un dato que Ferri considera “preocupante”, pues desde la crisis financiera, España ha retrocedido en PIB pér cápita “más de veinte años”.
El único factor que ha impedido que el PIB per cápita caiga más de lo que lo ha hecho son las horas trabajadas por empleado, un indicador donde España presenta una brecha positiva con la eurozona de más de 6 puntos. En este sentido, preguntado por la reducción de la jornada laboral semanal que se ha propuesto llevar a cabo el Gobierno, Ferri ha indicado que si se toma el componente de las horas trabajadas “de forma aislada”, el PIB per cápita sí tiraría “hacia abajo”.
Ahora bien, ha precisado que la reducción de horas trabajadas influiría positivamente en otro de los factores que componen el PIB per cápita: el empleo. Según Ferri, al recortar jornada, se produciría un mayor reparto de las horas trabajadas, lo que se traduciría en una mejora del número de empleados.
Por su parte, el profesor titular del Departamento de Economía Aplicada de la Universidad de Murcia, José Carlos Sánchez de la Vega, ha argumentado que la productividad en España tiene un comportamiento contracíclico e inusual en comparación con otros países europeos.
“Nuestra productividad crece en las fases críticas o en las fases de recesión y por el contrario empeora o se mantiene muy plana en las fases de recuperación y eso comparado con la UE, lo que nos muestra es que en los periodos de recuperación perdemos posiciones”, ha señalado.
EL “FALSO MITO” DEL CAMBIO DEL MODELO PRODUCTIVO
La productividad ha caído en España en los últimos años en todos los sectores en relación a la media europea, salvo en la agricultura, donde ha sido un 14% superior, situación que puede deberse a la capacidad de España de adaptarse a las distintas condiciones climáticas o al mejor uso que ha podido hacer España de la PAC.
Ferri ha subrayado que el aumento de la productividad no depende tanto del cambio del modelo productivo, un “falso mito” que ha intentado desmontar. Así, ha indicado que la distribución de empresas es “muy similar” en España a la de la UE y ha apuntado que si se implantara en España la composición sectorial de la UE, apenas se reduciría la brecha de productividad, pues “no se trata de un problema de composición sectorial”.
Entre los factores que, según Ferri, explican la baja productividad de España se encuentran las “elevadas” tasas de abandono escolar; la escasa formación a lo largo de la vida laboral; el bajo nivel de habilidades digitales de la mano de obra y la baja integración de estas herramientas en las empresas; la escasa inversión en I+D; la existencia de ayudas públicas “burocratizadas”; la elevada presencia de empresas pequeñas, y el marco institucional, regulatorio y laboral.
Sobre este último punto, Ferri ha indicado que desde el año 2000 la calidad institucional (efectividad del Gobierno + calidad regulatoria + Estado de Derecho + control de la corrupción) se ha reducido casi en 60 puntos con respecto a la media de la UE, pasando de estar un 37% por encima en el año 2000 a estar un 20% por debajo en 2022.
En lo que respecta a la calidad regulatoria, tras superar en un 20% la media europea a principios del siglo XXI, España se situó un 30% por debajo en 2022.
A raíz de esta situación, tanto el director adjunto de Fedea, Ángel de la Fuente, como el presidente del CGE, Valentín Pich, considera que España debe “ponerse las pilas”, pues “lleva 40 años perdiendo terreno con los países a los que quiere parecerse”.
Sobre si la reducción de la temporalidad mejoraría la productividad, el exsecretario de Estado de Empleo Juan Pablo Riesgo ha señalado que la reducción de la temporalidad “real” sí podría llevar a ganancias de productividad, una reflexión que han compartido el resto de los ponentes.
SMI, PLAN DE RECUPERACIÓN E IA
Preguntados también por el efecto de las subidas del salario mínimo interprofesional (SMI) en la productividad española, Riesgo y Ferri han abogado por que el SMI evolucione a futuro a un ritmo “paralelo” al del incremento de la productividad. A la larga, han advertido los expertos, un desacoplamiento estructural entre los salarios y la productividad podría generar una reducción del empleo y un aumento del paro.
Sobre por qué se observa un retroceso de la productividad pese a las inversiones del Plan de Recuperación, Ferri ha señalado que puede deberse a que todavía “no se ha plasmado” el efecto de los fondos europeos en este indicador, o también a que la asignación de los recursos se ha producido “por inundación”, por una lluvia de recursos a las empresas y no por una distribución selectiva y adecuada de los mismos.
De hecho, en una primera valoración, se observa que la evolución media anual de la productividad real en el bienio 2021-2022 apenas supera el 0,5%.
En cuanto al impacto que podría tener la IA sobre la productividad, Riesgo ha apuntado que, según estudios recientes, la IA Generativa podría permitir un alza de la productividad laboral de entre el 0,1% y el 0,6% anual hasta 2040, dependiendo de la tasa de adopción de tecnología y la redistribución del tiempo de los trabajadores hacia otras actividades.
MEDIDAS PARA IMPULSAR LA PRODUCTIVIDAD
Los ponentes han expuesto en esta sesión algunas de las medidas que ayudarían a impulsar la productividad en España.
Así, han apostado por mejorar la formación del capital humano, consensuando reformas educativas “sensatas” e invirtiendo en guarderías obligatorias de calidad; recompensar el mérito; mejorar la rendición de cuentas y evaluar de manera independiente las políticas desarrolladas; apostar por la I+D y el emprendimiento, y acelerar la transformación digital del tejido productivo y de la Administración.
Asimismo, piden reducir trabas administrativas y normativas; seguir flexibilizando el mercado de trabajo; aumentar la inserción laboral en el contexto actual de envejecimiento de la población; aprovechar la transición energética y ambiental ante el gran potencial de España en energías renovables; acometer una reforma fiscal que busque un mejor equilibrio entre eficiencia y equidad; y mejorar la evaluación de las políticas públicas.
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