MADRID, 7 (EUROPA PRESS)
La Audiencia Nacional juzga desde este lunes a los etarras Garitagoitia Salegi y Joanes Larretxea como presuntos autores del atentado de 2008 en la Universidad de Navarra que dejó 168 lesionados y afectó a un total de 98 vehículos, además de provocar numerosos desperfectos en las instalaciones.
En el escrito de acusación, recogido por Europa Press, la Fiscalía pide condenar a cada uno de ellos a 21 años de cárcel respectivamente como autores de un delito de robo de carácter terrorista y de un delito de estragos terroristas. Además, pide imponerles pena de 3 meses de multa por cada delito leve de lesiones.
El Ministerio Fiscal sostiene que ambos acusados “integraban entre octubre de 2008 y febrero de 2009 el comando Ezuste de ETA, organización que para la consecución de la independencia del País Vasco del resto de España ejecutaba ataques violentos contra las personas y el patrimonio”.
“Los procesados, en el desarrollo de la estrategia de causar temor en la población y tratar de conseguir sus objetivos por medios violentos, planearon detonar un coche cargado de explosivos en el campus la Universidad de Pamplona (Navarra), concretamente el aparcamiento sito frente a la biblioteca de Humanidades”, sostiene la Fiscalía.
Para ello, el 29 de octubre del 2008 sobre las 20.30 robaron, según el escrito, un Peugeot 306 “que se hallaba estacionado perfectamente cerrado” en un parking de Zumaia (Guipúzcoa). Posteriormente, los investigados “introdujeron una cantidad aproximada de 80 kilos de ‘kaskabarro con cloratita, conformando un artefacto de iniciación eléctrica y activación temporizada en el interior del maletero del vehículo”.
Fue el día 30 de ese mismo mes cuando dejaron el coche en el aparcamiento este del edificio central junto al edificio de la Biblioteca de Humanidades, explosionando a las 11.00 horas de ese mismo día y causando lesiones a 168 personas que debieron ser atendidas en los distintos centros médicos de la localidad.
La Fiscalía detalla que el gasto tasado para la reparación de los daños materiales ocasionados por el atentado terrorista ascendió a más de 2 millones de euros, y que la explosión ocasionó sobre el asfalto un cráter de importantes dimensiones.
Ese día, a primera hora de la mañana y antes de la detonación, se recibió un aviso: “Va a estallar un coche en el campus universitario”. Un mes más tarde, y ya en el diario Gara, la banda asumió “la autoría de la colocación y posterior explosión del coche bomba”.
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