MADRID, 13 (EUROPA PRESS)
El portavoz de la Asociación Española de Vacunología (AEV), Fernando Moraga-Llop, ha vaticinado que, aunque ahora se utilicen para prevenir, “existirán las vacunas terapéuticas” con las que tratar lesiones o cáncer, en el marco de la clausura del XI Simposio de la AEV.
“Es un camino largo, pero pasaremos de las vacunas clásicas a las vacunas frente a otras enfermedades no infecciosas”, ha explicado el portavoz y vocal sénior de la AEV. Moraga-Llop también señala como retos para el futuro el desarrollo de una vacuna preventiva frente al VIH; las vacunas frente a bacterias multirresistentes; la vacuna frente al ‘Streptococcus agalactiae’, que es una causa muy común de sepsis y meningitis en recién nacidos y lactantes menores de tres meses; o la vacuna antigripal universal.
“Lo que está claro es que cada vez vamos a tener más vacunas para prevenir enfermedades y, para ello, la investigación es fundamental. Además, se puede hacer a todos los niveles, desde grandes laboratorios a centros de primaria”, ha apuntado el pediatra.
Entre las inmunizaciones que llegarán, se encuentra también la vacuna española contra la tuberculosis (MTBVAC) que, aunque no es todavía una realidad, acaba de entrar en la fase 3 de los ensayos clínicos de eficacia, un siglo después del nacimiento de la primera vacuna frente a la tuberculosis, BCG.
La vacuna BCG protege a los niños de las formas graves de la enfermedad, pero no de las formas respiratorias responsables de su transmisión. Por ello, si la vacuna española muestra una protección contra las formas respiratorias de tuberculosis, se alcanzaría “un hito muy importante” en la historia de la vacunología, según la AEV. “Con un buen diagnóstico y tratamiento de la tuberculosis, esta vacuna podría contribuir al control y futura erradicación de una de las enfermedades infecciosas más mortíferas del planeta”, afirma Carlos Martín Montañés, Catedrático de Microbiología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Zaragoza que lidera la investigación del desarrollo de MTBVAC.
En estos momentos, también se encuentra en estudio “muy avanzado” una vacuna contra el chikunguya y otra contra el zika, dos enfermedades para las que todavía no existe vacuna. En este sentido, Mar Lago Núñez, médica adjunta de la unidad de Patología Tropical Importada del Hospital La Paz-Carlos III, advierte de que el mosquito que transmite estas enfermedades se está expandiendo y ya se encuentra en España. “El mosquito ‘Aedes albopictus’ tiene la capacidad de adaptarse a temperaturas más bajas que el ‘Aedes aegypti’, por eso ya se encuentra en todo el sureste de Europa, incluyendo el Mediterráneo español, pero también Madrid o Canarias”, indica.
El ‘Aedes albopictus’ también es el encargado de transmitir el dengue, enfermedad para la que sí que existe una vacuna. Comercializada en Europa este año, se ofrece a los viajeros que viajan a zonas endémicas, ya que este último año ha habido un incremento de casos, especialmente en Sudamérica, y es la tercera patología más común que sufren los viajeros.
No obstante, su expansión hace pensar a los expertos que quizá, en el futuro, la vacuna contra el dengue deba generalizarse. “A lo mejor, en un tiempo, es una vacuna que tenga que ponerse aquí”, apunta Lago.
VACUNA FRENTE A LA MALARIA
Durante el acto también se ha tratado la vacuna frente a la malaria ‘RTS,S’, que, desde octubre de 2021, está recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para niños menores de cinco años en países africanos donde es endémica. Actualmente, se administra en Ghana, Malaui y Kenia, pero ya hay otros diez países africanos que han pedido recibir dosis para empezar a implantarla. “Ha tardado treinta años en llegar porque es una emergencia de salud pública restringida una zona del mundo con pocos recursos”, lamenta Quique Bassat, pediatra e investigador ICREA del Instituto de Salud Global de Barcelona, en alusión a la rapidez con la que se desarrolló la carrera por las vacunas contra la Covid-19.
Con todo, se trata de una vacuna sin precedentes, puesto que hasta el momento frente a la malaria solo existían tratamientos y medidas de prevención, como las mosquiteras. “Es la única forma de proteger a los niños a través de la inmunización, no existe precedente”, asegura Bassat, que matiza que tiene una “efectividad parcial” de alrededor de un 50 por ciento en los ensayos clínicos. “Aunque la eficacia de la vacuna sea parcial, sigue siendo una herramienta con un gran potencial de salud pública, ya que, por cada 200 niños vacunados se salva una vida, y esa es una cifra increíble”, apunta.
El desafío ahora es conseguir que la producción de esta vacuna se adecue a la demanda. “No hay capacidad de producción suficiente, teniendo en cuenta que en las zonas endémicas de África en las que hay malaria nacen millones de niños cada año y cada uno necesitaría cuatro dosis de esta vacuna”, concluye. Sin embargo, la noticia de la recomendación por parte de la OMS de una segunda vacuna antimalárica (‘R21-Matrix’), hace apenas un mes, podrá solventar los cuellos de botella de su producción, y se estima que, a finales del 2024, todos los niños africanos que necesiten ser vacunados tendrán acceso a al menos una de estas dos vacunas.
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