
SANTA CRUZ DE TENERIFE, 17 (EUROPA PRESS)
La Asociación para la Conservación de la Biodiversidad Canaria (ACBC) exige al Cabildo de Tenerife la paralización de las obras que se llevan a cabo en Atogo, Granadilla de Abona, para ejecutar el Circuito del Motor de Tenerife y muestra su “profundo rechazo” a este proyecto.
“El proyecto, que consiste en la creación de una infraestructura de dudosa viabilidad económica y gran impacto ambiental tanto en la fase de construcción como en la explotación, afectará negativamente a varias especies protegidas o amenazadas, tales como el alcaraván, la milengrana tinerfeña y el llantén fino”, informa la ACBC en una nota.
Para la asociación, “las imágenes que circulan por las redes sociales dan fe de la magnitud de los movimientos de tierra y de la destrucción de los terrenos en los que se está trabajando”.
Una vez más, comenta, “observamos el daño y deterioro que este tipo de intervenciones provocan en el paisaje, la biodiversidad y el patrimonio cultural de muchos rincones de la isla, con el agravante de que, en esta ocasión, el promotor del proyecto es el propio Cabildo de Tenerife”.
En esa línea añade que “se despilfarran ingentes cantidades de dinero del erario en unas instalaciones y sus correspondientes accesos, despreciando que esta nueva infraestructura ocasiona una transformación irreversible de un territorio que alberga valores dignos de preservar”.
La asociación advierte de que la progresiva escasez de hábitats naturales representa una “seria amenaza” para diversas especies, especialmente las aves esteparias, y resalta que un ejemplo “preocupante” es el alcaraván (Burhinus oedicnemus), clasificado como ‘Vulnerable’ en el Catálogo Español de Especies Amenazadas.
Asimismo, se ven afectadas dos especies vegetales endémicas con presencia constatada, la milengrana tinerfeña (Herniaria canariensis) y el llantén fino (Plantago asphodeloides), incluidas en el Catálogo Canario de Especies Protegidas, con la categoría de ‘Protección Especial’.
“Entendemos que, en los tiempos que corren y con las múltiples crisis que afrontamos, como las declaradas emergencias climáticas, la preocupante pérdida de biodiversidad o la contaminación provocada por los vertidos al mar de aguas residuales sin depurar, así como las cada vez más urgentes necesidades sociales en materia de sanidad, vivienda o educación, entre otras, no es de recibo continuar este modelo de desarrollo claramente lesivo y que compromete los imprescindibles objetivos de sostenibilidad de nuestras islas”, concluye la ACBC.
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