MADRID, 18 (SERVIMEDIA)
La presidenta de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), Cristina Herrero, avaló este martes el proyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE) del año 2023 presentado por el Gobierno señalando que las variables nominales que contempla el cuadro macroeconómico “permiten anticipar un crecimiento de los ingresos y determinados gastos en un contexto que sí que parece que sea realista”, pero criticó que parte de unas previsiones de cierre de 2022 que no lo son.
Así lo indicó en su comparecencia en la Comisión de Presupuestos del Congreso de los Diputados en la que resaltó que la previsión de crecimiento nominal de la Airef es del 5,9% y “coincide prácticamente” con la del Gobierno, situada en el 6%.
No obstante, señaló que en la composición del crecimiento nominal, compuesta por la previsión de crecimiento real y la de deflactor del PIB “sí que hay diferencias significativas”.
Así, mientras el Gobierno sitúa en un 2,1% el crecimiento para 2023, la Airef lo hace en un 1,5%. Según Herrero, la “principal discrepancia” se encuentra en la composición del saldo exterior y en el dinamismo de la inversión, pues la situación de tensiones geopolíticas, los precios de la energía y la evolución de la demanda “no son las condiciones más propicias para que las empresas decidan aumentar su calidad productiva”.
Además, subrayó que se han materializado riegos que han hecho rebajar las previsiones de crecimiento como que la “persistencia y generalización de la inflación llevase al endurecimiento de las condiciones financieras”, el riesgo en el suministro de gas y sus precios y el “deterioro” del comercio internacional. También subrayó el “empeoramiento” de las previsiones para la mitad de año y mencionó que un posible “estancamiento” en el último trimestre “drena” el crecimiento para el próximo ejercicio.
En cambio, señaló que la previsión de deflactor del PIB de la Airef (4,3%) es mayor que la del Gobierno, que se sitúa en el 3,8% debido a la “aceleración de la dinámica de los precios internos”
Por otro lado, apuntó como una de las principales “carencias” de los presupuestos que parte de unas previsiones de cierre de 2022 que “no son realistas”. “entiendo que la prudencia se basaría en la evolución de los ingresos en 2023 en la medida que hay incertidumbre sobre la evolución de las variables, pero en el 2022 no es prudencia, sino que es realismo”, señaló.
Además, criticó que las cuentas no incorporan medidas “que tienen importe suficiente como para desvirtuar la calidad del presupuesto” y que no se sabe “si se van a prorrogar o van a ser otras”, aunque señaló que es “razonable” pensar que sí van a estar vigentes durante 2023 ya que el escenario macroeconómico del Gobierno “no prevé que vayan a cambiar las circunstancias que hicieron tomar medidas en 2022” y porque una semana después de presentar las cuentas “ya se anunciaron medidas que no habían sido incluidas”.
En este sentido, destacó que el plan presupuestario cuenta con dos escenarios, uno que incluye las medidas excepcionales para hacer frente a la crisis generada por la guerra en Ucrania y otro sin estas medidas.
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