MADRID, 10 (SERVIMEDIA)
El Sistema Coordinado de Intercambio Rápido de Información (Sciri) de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) gestionó en 2022 un total de 880 expedientes relativos a productos alimenticios en los que estuvo implicada España, de los cuales 363 correspondieron a alertas, 254 a informaciones, 255 a rechazos en frontera y ocho a los clasificados como “novedades”.
Según dicho informe, la “tendencia” del número total de notificaciones en los últimos cinco años indica que, tras las 652 notificaciones del año 2018, sólo se percibe un “aumento” en el año 2021, llegando a contabilizarse 1.081 notificaciones.
En lo relativo a las alertas, en el año 2022 se produjo un descenso en el número de expedientes de alerta del 23,3% respecto a 2021 y un aumento del 39,1% respecto a 2018 y los 880 expedientes gestionados tuvieron asociados un total de 20.256 documentos. En el caso de alertas, se registró una reducción del 25,4% de documentos asociados respecto a 2021.
Al igual que en 2021, en 2002 se unificó el estudio de las notificaciones de alertas y de información para tener una visión “general y más detallada” de la situación en el mercado interior con respecto a productos alimenticios implicados, motivos de las notificaciones, origen de los productos notificados y punto de contacto notificante.
Desde 2015, la suma de estos dos tipos de notificaciones ha sufrido “un constante aumento”. En el año 2018 se observó un “ligero descenso” y en 2019, 2020 y 2021 volvió a la tendencia “creciente” de años anteriores, mientras en 2022 se observó un descenso del 17,6% con respecto a 2021, con un total de 617 notificaciones tramitadas como expedientes de alerta o de información, en función del tipo de producto implicado.
De ellas, 235 fueron relativas a productos de origen animal, entre los que destacaron los moluscos bivalvos, y 232, a productos de origen vegetal.
Por lo que respecta a los primeros, la mayoría de las notificaciones relacionadas con moluscos bivalvos vivos fueron de “información para atención”, que no requieren una actuación inmediata por parte de las autoridades competentes porque “presumiblemente” el producto ya no se encuentra en el mercado.
No obstante, el 23,3% de las notificaciones correspondieron a alertas y la Aesan destacó que el pescado descongelado “descendió significativamente” en el año 2022 al número de tres notificaciones frente a las 29 de 2021.
PRODUCTOS DE ORIGEN VEGETAL
En relación con los productos de origen vegetal, los grupos de alimentos implicados “mayoritariamente” en las notificaciones fueron los cereales, harinas y derivados, por delante de condimentos y especias, frutos secos y las hortalizas, verduras y leguminosas.
Destaca la reducción en los casos de frutos secos y de hortalizas, verduras y leguminosas debido, especialmente, a la disminución de la presencia de óxido de etileno, aunque este caso sigue siendo el “principal peligro” de las notificaciones de alimentos de origen vegetal, según el informe.
A su vez, resalta también el aumento de notificaciones recibidas por infusiones, alimentos estimulantes y derivados, con un incremento del 66,7% con respecto a 2021. Para la agencia “no hay ninguna causa evidente que justifique este aumento, que se ha producido en todos los tipos de riesgos de manera más o menos uniforme”.
Dentro del grupo se encuadran aquellos que, por su variada naturaleza, no pueden clasificarse como productos de origen animal o vegetal y continúan destacando los complementos alimenticios, cuyo número de notificaciones aumenta cada año, constituyendo el 68,2% de las notificaciones de “otros productos” y el 9,7% del total de notificaciones.
MATERIALES EN CONTACTO CON ALIMENTOS
Los materiales en contacto con alimentos tienen un “peso reducido” en el total de las notificaciones y las 81 notificaciones en este ámbito representan el 9,2% del total de notificaciones.
Además, sigue el aumento de las notificaciones por utensilios fabricados con bambú, en este caso como componente de materiales plásticos, con el riesgo de un aumento en las migraciones de melamina y formaldehido, en parte “motivado” por la aplicación de un Plan Coordinado de Control en la Unión Europea, en el que ha participado España.
El informe incluye también un estudio de las notificaciones en función de los peligros detectados en los productos de acuerdo con su clasificación en biológicos, químicos, físicos y “otros peligros” que, por sus características, no pueden encuadrarse en los grupos anteriores.
Al igual que ocurrió el año anterior, las notificaciones por peligros químicos de nuevo superaron a los peligros biológicos, si bien han descendido el 37,4%, mientras que los peligros biológicos han aumentado el 23,1%.
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