Esposa del opositor Félix Madariaga, denuncia una represión que Nicaragua no ha visto “ni siquiera en tiempos de guerra”
MADRID, 15 (EUROPA PRESS)
La activista nicaragüense Berta Valle ha lanzado un llamamiento “de urgencia” a la comunidad internacional y a España, en particular, para que contribuya a “salvar la vida” de los más de 200 “presos políticos” que permanecen retenidos actualmente en cárceles de Nicaragua, entre ellos su marido, el precandidato presidencial Félix Madariaga.
“Qué difícil es tener que levantarse todos los días preguntándose cómo está tu marido. Qué difícil explicar a los niños que sus papás y sus mamás no les pueden ver porque es que hay un Gobierno que no lo permite”, ha dicho Valle, durante un acto en Madrid organizado por la Fundación Fiedrich Neumann para la Libertad.
Valle, exiliada en Estados Unidos junto a su hija y acusada de traición en Nicaragua, lleva dos años y medio sin ver a su marido, uno de los dirigentes opositores que intentó postularse a las elecciones presidenciales de 2021 y terminó entre rejas. Permanece recluido en El Chipote, donde “siente que lo están apagando”, en palabras de su mujer.
La represión iniciada tras las protestas de 2018 y recrudecida durante el último proceso electoral evidencia, según Valle, que el tándem que conforman Daniel Ortega y Rosario Murillo se ha constituido ya en una “dictadura” y que el país ha terminado por convertirse en “una gran cárcel”.
“La violación de los Derechos Humanos ha llegado al punto de que no hay ninguna posibilidad de espacio para la denuncia”, ha señalado, poniendo como ejemplo que su marido ya va por su cuarto abogado defensor porque los tres anteriores están presos o en el exilio.
Las visitas de familiares van por cuentagotas y Valle estima que su marido ha perdido 26 kilos en prisión, víctima de condiciones precarias y de abusos constitutivos de “tortura”. Fue detenido el 8 de junio de 2021, pero no vio una imagen de él hasta el 2 de julio de este año, y el futuro es incierto con una condena de 13 años de prisión ya dictada.
El Gobierno de Ortega ha difundido en las últimas semanas imágenes del resto de opositores para dar cuenta de su supuesto buen estado de salud, una estratagema de relaciones públicas a ojos de una oposición que sigue reclamando la excarcelación como única vía posible para la hipotética “democratización”.
REUNIÓN CON EXTERIORES
Valle ha emprendido una gira internacional para pedir a distintos gobiernos y organizaciones que exploren “mecanismos” con los que resolver la crisis actual, habida cuenta de que el Gobierno nicaragüense está “muy poco abierto para recibir recomendaciones” como las que ha planteado esta misma semana la oficina de la ONU para los Derechos Humanos.
La activista ha sido recibida este mismo jueves por el secretario d Estado para Iberoamérica, Juan Fernández Trigo, quien le ha trasladado que España sigue con “mucha preocupación” la evolución de la situación en Nicaragua. “Están dispuestos a ayudarnos”, ha dicho.
Valle ha señalado que las últimas medidas contra representantes de la Iglesia Católica demuestran que Ortega ha llevado la represión a un nivel que no se contempla “ni siquiera en tiempos de guerra”. Han tocado, según sus propias palabras, “el último eslabón” que la disidencia tenía para obtener una mínima “protección”.
Confía, no obstante, en que pueda haber “una salida humana” a la crisis” y, para ello, ha advertido de que los presos políticos no pueden ser “una ficha de cambio”. Sí ha apuntado que el exilio, por difícil que sea, puede ser mejor a la cárcel: “Estaría dispuesto a que mi esposo fuese desterrado con tal de salvarle la vida”.
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