Los grandes rivales Raila Odinga y William Ruto se enfrentan por la Presidencia a la sombra de la violencia y la apatía
MADRID, 8 (EUROPA PRESS)
Kenia decide este próximo martes a su nuevo presidente en unas elecciones generales decisivas para el futuro inmediato de un país de enorme influencia en el continente africano y en las que el ‘delfín’ presidencial Raila Odinga y el vicepresidente William Ruto se disponen a culminar años de rivalidad política bajo el fantasma de la violencia de comicios pasados, en medio de la apatía del electorado y la crisis económica que sacude al país.
Más de 20 millones de kenianos están llamados no solo a elegir al presidente, sino también a diputados, gobernadores y responsables de los 47 condados del país entre llamamientos de los candidatos a la paz social, con el recuerdo del millar de muertos que dejaron los comicios de 2007 y los brotes de violencia en 2013 y 2017 derivadas de polémicos resultados.
La confianza en las instituciones electorales kenianas está por los suelos, con un apoyo de solo el 26 por ciento, según un informe de la Comisión Nacional para la Reconciliación y la Integración, cinco años después de que el Supremo anulara los resultados de unos comicios que finalmente encumbraron al actual presidente, Uhuru Kenyatta, en una segunda votación boicoteada por Odinga, que llamó a sus seguidores a boicotear el procedimiento.
Las circunstancias han cambiado radicalmente desde entonces. Tras innumerables intrigas políticas, Odinga es ahora el elegido por el presidente para la sucesión. Kenyatta ha decidido apostar por el que fuera su archirrival para desgracia del vicepresidente Ruto, poniendo fin a una alianza que forjaron tras su imputación por parte del Tribunal Penal Internacional (TPI) por presuntos crímenes contra la Humanidad después de las elecciones presidenciales de 2007, de los que fueron finalmente absueltos.
Odinga (77 años, líder de la alianza Azimio La Umoja) cuenta así con el apoyo de los pesos pesados de la política nacional mientras Ruto (55 años, Alianza Democrática Unida) parece haber llevado a cabo una exitosa campaña en la que se ha presentado como una figura dinámica y alternativa a las dinastías gobernantes del país.
Tras varios meses codo con codo, las últimas encuestas de opinión publicadas esta semana han colocado a Odinga a la cabeza con una ventaja de entre seis y ocho puntos porcentuales, según Nation Media Group, con un 49 por ciento a favor frente al 41 por ciento de Ruto. Otra, de Ipsos, concede a Odinga una ventaja de siete puntos sobre Ruto con 47 a 41 por ciento, mientras que Infotrak le dio a Odinga 49 por ciento frente a un 42 por ciento de su rival.
Poco han importado estas estimaciones a ninguno de los dos candidatos, convencidos de sus respectivas victorias en sus mensajes de fin de campaña. “Ésta va a ser una elección histórica en muchos sentidos”, ha declarado Ruto sobre unos comicios que “confirmarán que es el pueblo quien contrata y despide a su gobierno, no es el sistema, no son los que están en el poder, y no es el ‘estado profundo'”.
Odinga, por su parte, se despidió de su electorado el sábado con un discurso con tintes mesiánicos en el que se erigió como guía de su pueblo hacia la prometida tierra de Canaán, si bien prometió respetar los resultados de los comicios.
“En Canaán, debemos abrazar la reconciliación. Quiero asegurarles a los kenianos que continuaré con esta doctrina del apretón de manos, la doctrina de abrir el puño. Por el bien de Kenia, le daré la mano a mis rivales y pagaré el precio político si es necesario, porque quiero a este país más de lo que me quiero a mí mismo”, ha asegurado.
Para ganar es casi imprescindible que Odinga y Ruto consigan buenos resultados lejos de sus zonas de confort. Ruto está muy por delante en el Valle del Rift, mientras que Odinga disfruta de una ventaja incuestionable en Nyanza, donde tiene sus raíces.
El panorama es más complejo en la región del Monte Kenia, rica en votos, al norte de Nairobi, que ha producido tres de los cuatro presidentes posteriores a la independencia de Kenia. Esta vez no hay ningún candidato destacado de la populosa sierra central. Ruto ha mostrado una fuerza sorprendente en esta región, donde Kenyatta ha sido tradicionalmente dominante, según el análisis del diario ‘The Nation’.
Odinga, cabe destacar, cuenta con una baza adicional para ganarse a las votantes del país con la nominación de la exministra de Gabinete Martha Karua como su candidata a la Vicepresidencia del país. De ganar Odinga, Karua se convertiría en la primer mujer que desempeña un puesto tan importante.
No obstante, aunque las mujeres representan casi la mitad de los votantes registrados, Kenia todavía tiene la menor cantidad de líderes electas en África Oriental. La cuota de género introducida hace una década en la Constitución del país apenas ha conseguido calar entre los sucesivos gobernantes. Aunque el número de mujeres que ingresan en la esfera política de Kenia ha crecido a lo largo de los años, solo ocupan el 23 por ciento de los escaños del último Parlamento, según datos recogidos por CNN.
Ruto ha optado por Rigathi Gachagua, quien fue asesor de Kenyatta entre 2001 y 2006, como candidato a la Vicepresidencia.
UNA CAMPAÑA ECONÓMICA
Ruto y Odinga han centrado los últimos días de campaña en promocionar un programa de apoyo a las clases pobres en una economía asolada por los efectos del coronavirus, que ha deteriorado sensiblemente las perspectivas de crecimiento depositadas en el país por los organismos interregionales.
“Los precios de los productos básicos son actualmente volátiles y tienen una tendencia al alza”, ha explicado a la cadena Al Yazira la jefa de Políticas Públicas de la ONG Africa Practice, Magdalene Kariuki.
“La inflación de los alimentos aumentó a alrededor del 18,8 por ciento en junio, frente al 12,4 por ciento en mayo, pero el Gobierno está haciendo esfuerzos para garantizar la estabilidad y proteger a los kenianos”, ha aseverado.
“Estabilización” es también una palabra clave en el papel regional que desempeña Kenia, actor fundamental en la zona de los Grandes Lagos que cubre Burundi, República Democrática del Congo, Ruanda y Uganda.
Su influencia se extiende también a los vecinos del Cuerno de África, dada su proximidad a Somalia, donde la organización yihadista Al Shabaab, vinculada a Al Qaeda, todavía controla parte del territorio y ha llevado a cabo varios ataques en los últimos años en suelo keniano.
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