MADRID, 12 (SERVIMEDIA)
El actor José Sacristán subrayó este martes que la posibilidad de trabajar a las órdenes de Juan Mayorga en ‘La colección’ representa la posibilidad de poner de manifiesto que en la vida se pueden coleccionar objetos, pero también ideas y sentimientos, como “el amor, el odio, la concepción de la muerte”. “Hay formas en la vida de coleccionar y de ser coleccionado”, apostilló.
Lo dijo en la rueda de presentación de ‘La colección’, un montaje escrito y dirigido por Juan Mayorga, que acogerá la Sala Juan de la Cruz del Teatro de La Abadía entre este jueves y el 21 de abril, en la que estuvieron presentes, además de José Sacristán y del propio Juan Mayorga, el resto de los actores que conforman el reparto: Ana Marzoa, Zaira Montes e Ignacio Jiménez.
‘La colección’ es una coproducción de Lazona y Teatro de La Abadía que diserta sobre el matrimonio, el paso del tiempo y la relación entre las personas y los objetos. La pieza cuenta la historia de Héctor y Berna, un matrimonio sin hijos que a lo largo de su vida han reunido una colección. Ya en su vejez, buscan un heredero para ésta. Por ello, convocan a Susana, una coleccionista, para examinar si es la persona que están buscando, en un proceso en el que estarán acompañados por Carlos.
Juan Mayorga explicó que el proceso de escritura de esta obra ha sido largo, situando su origen en el momento en que leyó en prensa una noticia en la que un matrimonio de coleccionistas se preguntaba qué pasaría con su colección cuando falleciesen.
Desde ese momento, comenzó a dar vueltas a un trabajo que reflexionase sobre el matrimonio, la herencia y de esos objetos que las personas acopian a lo largo de sus vidas y que finalmente les sobrevivirán. “Pero ahora pienso que habla del amor y de la muerte”, dos de los asuntos vertebradores del teatro, sostuvo.
Mayorga observó que terminó la obra a los pocos días de que se decretara el confinamiento domiciliario por la irrupción de la pandemia, lo que hizo que se la enviara a un grupo de conocidos, como “señal de vida”.
A partir de entonces, se dio cuenta de que necesitaba encontrar a “dos grandes actores” para interpretar al matrimonio protagonista de la obra, lo que le llevó a escribir a José Sacristán y Ana Marzoa “una especie de carta a los Reyes Magos”, ofreciéndoles sus papeles.
Esto le sirvió para agradecerles que aceptaran la invitación, lo que consideró “un privilegio, un honor y una satisfacción”, un agradecimiento que hizo extensivo a los otros dos actores del montaje: Zaira Montes e Ignacio Jiménez.
ACTOR: CENTRO DE TODO
A su juicio, “el actor es el centro del teatro”, un aforismo que le permite construir unas obras que se articulan en los ejes que considera fundamentales en la dramaturgia: “acción, emoción, poesía y pensamiento”.
Juan Mayorga confesó que ‘La colección’ le ha confirmado que “un texto sabe cosas que el autor desconoce”, algo que comprobó cuando en los ensayos José Sacristán pronunció la frase “no buscamos comprador, buscamos heredero”, con una urgencia que “no vi en la escritura”. En ese sentido, apuntó que escribe y estrena con la intención de conseguir que “alguien comprenda mi obra”.
A su vez, evocó un momento del montaje en el que el personaje de José Sacristán pregunta al de Ana Marzoa las razones por las que no han tenido hijos, a lo que ella responde que “para no dar una herencia que no merecería”. Esta situación le permitió concluir manifestando que “la herencia nos interpela a todos, y lo más importante son nuestros propios actos”.
COLECCIONAR IDEAS
Por su parte, José Sacristán reconoció que le “tenía muchísimas ganas a La Abadía”, lo que le permitió dar las gracias a José Luis Gómez, fundador del teatro, por “recuperar este templo”.
El actor confesó que después de haber dedicado cinco años de su vida a ‘Señora de rojo sobre fondo gris’, de Miguel Delibes (1920-2010) pasar a interpretar un texto de Juan Mayorga supone un “lujo”.
En ese sentido, reseñó que ‘La colección’ permite reflexionar sobre el hecho de que en la vida dos seres humanos pueden coleccionar objetos, pero también ideas y sentimientos, como “el amor, el odio, la concepción de la muerte”.
Desde su punto de vista, las personas “somos depositarios de otros y veremos qué carajo dejaremos a los demás”, puesto que “hay formas en la vida de coleccionar y de ser coleccionado”.
José Sacristán comentó que, a su edad, una de las mejores cosas que le suceden es conocer a gente joven en su trabajo, lo que le permite conocer formas diferentes de afrontar su profesión. “Todos son más jóvenes que yo, porque viejos quedan pocos”, bromeó.
En este punto, trasladó que una de las cosas que le impelen a seguir subiendo a un escenario es “el ejercicio diario de investigación, la curiosidad de ver cómo reacciona la gente” ante una historia.
Consideró que lo “apasionante” en el texto que ha creado Juan Mayorga es la “oblicuidad”, lo que exige al actor una capacidad de equilibrio para que en el trayecto “no te dejes los dientes”.
José Sacristán remató su intervención deslizando que “cuando llegas a una determinada edad si no tienes claro el orden de prioridades eres más tonto de lo recomendable”. Por ello, explicó que actualmente antepone el teatro al cine y a la televisión, ya que estos dos últimos “requieren un tiempo del que ya no dispongo”, a lo que se suma que “ya no me apetece madrugar ni pasar calor en verano y frío en invierno en un rodaje”.
“SALVAVIDAS”
Ana Marzoa reconoció que la llamada de Juan Mayorga para trabajar en ‘La colección’ fue una suerte de “salvavidas” después de años realizando papeles “vacuos”, y ensalzó la capacidad del dramaturgo para utilizar con precisión el lenguaje, en una época en que se “está asesinando” a éste con el lenguaje inclusivo y los acortamientos de la escritura en los teléfonos móviles.
A su juicio, “la palabra es un instrumento para alcanzar la libertad”, por lo que “cuando se mata al lenguaje se mata la libertad”.
Precisó que ‘La colección’ es “algo más que una reunión de objetos”; por eso, para su personaje y el de José Sacristán “dejarla es como empezar a morir”.
Por último, Zaira Montes transmitió que el lenguaje que emplea Juan Mayorga es un reto, ya que está cargado de poética; mientras que Ignacio Jiménez recordó que su primer trabajo fue con un texto del dramaturgo hace 18 años, por lo que resulta “muy especial” reencontrarse con él.
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