Los fondos fueron suspendidos por motivos de seguridad ante el repunte de la violencia en lo que va de año
MADRID, 28 (EUROPA PRESS)
El ministro de Finanzas de Israel, el ultraderechista Bezalel Smotrich, ha acordado descongelar cerca de 200 millones de shekels (cerca de 48,7 millones de euros) en fondos destinados a localidades de mayoría árabe tras suspender su entrega argumentando que podrían llegar a manos de criminales, en medio del repunte de la inseguridad en estas ciudades durante los últimos meses.
Smotrich ha indicado que los fondos serán entregados durante las próximas semanas al Ministerio del Interior, antes de agregar que buscará crear un mecanismo para aumentar la supervisión sobre la distribución y uso del dinero, según ha informado el diario israelí ‘The Times of Israel’.
La decisión, que ha sido adoptada durante un encuentro con líderes locales árabes y el jefe del Shin Bet, Ronen Bar, contempla una fecha límite de dos semanas para el desarrollo de protocolos para el bloqueo de fondos que puedan llegar a organizaciones criminales, tras lo que se autorizará el desembolso de los fondos.
“Estoy contento de que tengamos cooperación total (sobre el mecanismo de supervisión)”, ha manifestado Smotrich en declaraciones concedidas a la Radio del Ejército, tras lo que su oficina ha desvelado que impulsará un paquete legislativo para aumentar las competencias en la lucha contra el crimen organizado.
En este sentido, ha hecho hincapié en que el Ministerio de Finanzas incrementará “en decenas de millones de shekels” los fondos entregados a la Policía de Israel para reforzar sus herramientas tecnológicas, especialmente de cara a las elecciones locales en estas ciudades, previstas para el 31 de octubre.
Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, reconoció el domingo que existe “una urgencia que no puede ser ignorada” para entregar los fondos, si bien incidió en la necesidad de mejorar las capacidades de supervisión sobre la entrega de los mismos.
La decisión de Smotrich de congelar la entrega de los fondos fue duramente criticada, también desde el seno de la coalición gubernamental –integrada por partidos ultraderechistas y ultraortodoxos–, tras lo que la oficina de Netanyahu desveló que se estaba trabajando en los citados mecanismos de supervisión.
Según los datos recogidos por la organización civil contra la violencia Abraham Initiatives, 157 miembros de la comunidad árabe-israelí han muerto en incidentes violentos en lo que va de año, la mayoría de ellos atribuidos a organizaciones criminales. La cifra es más del doble que la registrada en el mismo periodo de 2022.
“La sangre está regando nuestras calles”, lamentó el sábado el alcalde de la ciudad árabe de Tira, Mamum abd Elhai, durante un discurso en Tel Aviv, después de que un político de la ciudad muriera a tiros días antes cerca de una comisaría.
Elhai señaló en particular al ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, al que acusó de quedarse de brazos cruzados para seguir marginando a la comunidad árabe. Por su parte, Netanyahu dio orden de impulsar la llamada “ley de inspección” que concederá a las fuerzas de seguridad competencias para incautarse de teléfonos y ordenadores en sus investigaciones sobre la violencia.
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